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Si la historia es una guía, Trump aplaudirá su respuesta a Florence

No pasará mucho tiempo luego que los vientos del huracán se calmen y las inundaciones disminuyan para que el presidente de EU se otorgue altas calificaciones por su manejo del desastre natural.
vie 14 septiembre 2018 08:37 PM
Donald Trump respuesta huracán Florence
Florance. Trump se debatió entre dos extremos: expresando admiración por la magnitud del meteoro y jactándose de que EU nunca estuvo mejor preparado.

WASHINGTON (CNN) - Si la historia es una guía, no pasará mucho tiempo después de que los vientos del huracán Florence se calmen y las inundaciones disminuyan para que el presidente Donald Trump se otorgue altas calificaciones por su manejo del desastre natural más reciente.

Dada sus infladas calificaciones anteriores, reflejadas en una nueva controversia que desencadenó sobre el costo humano del golpe del huracán María en Puerto Rico el año pasado, sus evaluaciones pueden no llevar la autoridad incuestionable que deberían tener las de un comandante en jefe.

El primer gran huracán de este año reveló de nuevo cómo Trump a veces se esfuerza por encontrar las notas retóricas correctas en un momento de crisis, y cómo a menudo parece estar más preocupado por el impacto de tales eventos a su propia imagen.

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También es una buena pregunta por qué no está especialmente enfocado en planear la respuesta del gobierno federal a esta devastadora tormenta, en lugar de tuitear, aparentemente enfurecido por la cobertura de noticias por cable, sobre la tragedia del año pasado.

Cuando Florence se acercó, Trump se debatió entre dos extremos, expresando admiración por la magnitud de la tormenta y jactándose de que Estados Unidos nunca estuvo mejor preparado para un golpe tan épico.

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Los partidarios de Trump y la Casa Blanca a menudo se quejan de que los medios siempre están buscando cualquier oportunidad para convertir incluso los eventos no relacionados en un foro para criticar al presidente.

Pero él se ganó esa crítica el jueves con un tuit insensible que desestima la investigación académica que muestra el alcance real de la ira del huracán María.

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"No murieron 3,000 personas en los dos huracanes que azotaron Puerto Rico. Cuando salí de la isla, DESPUÉS de que la tormenta había golpeado, tenían entre 6 y 18 muertes. Con el paso del tiempo, no subió demasiado. Luego, mucho tiempo después, comenzaron a reportar números realmente grandes, como 3,000... ", tuiteó Trump.

"...Esto fue hecho por los Demócratas con el fin de hacerme quedar tan mal como sea posible cuando estaba recaudando exitosamente miles de millones de dólares para ayudar a reconstruir Puerto Rico. Si una persona murió por cualquier motivo, como la vejez, simplemente agréguela a la lista. Mala política. ¡Amo a Puerto Rico! "

Tuit ilustrativo

El razonamiento del presidente fue ilustrativo de muchas tendencias y rasgos de carácter evidentes a lo largo de su mandato hasta el momento.

Para empezar, fue un esfuerzo por generar su realidad preferida, y mostró desprecio por los hechos establecidos a través de un riguroso estudio académico y respaldado por extensas cuentas periodísticas de CNN y otros medios durante el año pasado.

También fue un recordatorio de lo poco que aprecia Trump los roles cívicos y ceremoniales de la presidencia en sí. Después de todo, él es el presidente de la gente que murió en Puerto Rico, así como de todos los demás en Estados Unidos.

La mayoría de los presidentes se sentirían obligados a ofrecer simpatía y compasión a las víctimas de la tormenta y sus familiares, por lo menos, pero Trump parecía más preocupado por absolverse a sí mismo y al gobierno federal que dirige de cualquier culpa.

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En efecto, les estaba diciendo a esos parientes, sus seres queridos no murieron a causa de la tormenta, después de otorgarle a su gobierno las mejores calificaciones por su manejo del desastre y diciendo esa semana que fue un éxito "sin precedentes".

No era como si solo se estuviera culpando al presidente. Cuando los republicanos dicen que la infraestructura del territorio de EU estaba en mal estado y mal preparada para María, tienen razón. Los informes de CNN han demostrado que hay culpa de las autoridades federales y locales. Y ningún político puede simplemente detener una tormenta.

Pero no hay señales de que el presidente piense que la culpa recae en él, o que se haya dedicado a aprender las lecciones del año pasado para evitar que vuelva a suceder, o que esté tomándolas en cuenta en su acercamiento a Florence.

De hecho, la administración reaccionó a la ira por el tuit de Trump al redoblar su confusión.

Hogan Gidley, portavoz de la Casa Blanca, recordó que el presidente había dicho el año pasado que cada muerte en Puerto Rico era un "horror". Pero Gidley decidió no repetir la siguiente oración, cuando el presidente sugirió que María no era una "catástrofe real" como el huracán Katrina en 2005, en la que murieron 1,833 personas.

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"El presidente Trump estaba respondiendo a los medios liberales y al alcalde de San Juan que, lamentablemente, han intentado explotar la devastación mediante un flujo constante de desinformación y falsas acusaciones", dijo Gidley en un comunicado.

El número de muertos en Puerto Rico se elevó formalmente a 2,975 de 64 luego de un estudio realizado por investigadores de la Universidad George Washington. Los propios informes de CNN reflejan cifras similares. El estudio de la universidad representó a los puertorriqueños que murieron en los días posteriores a la tormenta, a la vez que un calor sofocante agobió a la isla.

Gran parte del territorio de Estados Unidos permaneció sin electricidad durante semanas y meses. Muchos pacientes ancianos y enfermos se quedaron sin medicamentos y tratamientos vitales debido a un sistema de salud pública severamente mermado.

No hay ningún escenario en el que, como afirma Trump, las cifras simplemente fueran inventadas por los demócratas para hacer que se viera mal.

"No hay razón para dudar de la validez de estos estudios. Este es un esfuerzo científicamente sólido", dijo el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, a Anderson Cooper de CNN.

"Ni las víctimas, ni el pueblo de Puerto Rico, merecen que se cuestione su dolor".

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El efecto de chorreo

Como sucede a menudo con los tuits más escandalosos de Trump, los republicanos de mayor prestigio en el Capitolio se vieron obligados a reaccionar, o trataron de esquivar a los reporteros para evitar verse divididos entre el presidente y su base política leal, que ha reformado la política del Partido Republicano.

Dadas las realidades políticas actuales, es poco probable que Trump pague un precio significativo por su tuit. Después de todo, probablemente se dirigía principalmente a su base, a la que ya había instruido para que crea solo su interpretación de los acontecimientos.

Pero es posible que afecte en las decisiones de los votantes en algunos distritos clave que podrían ayudar a decidir las elecciones intermedias en noviembre, en un momento en que su calificación de aprobación inferior al 40% ya está arrastrando a algunos candidatos.

Después de todo, una de las funciones del presidente es consolar a la nación en tiempos de dolor y reunir a los estadounidenses cuando algunos de ellos sufren.

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Luego de un comienzo inestable cuando el huracán Harvey se estrelló contra Texas el año pasado, el presidente pareció mejorar su actuación pública. Pero la forma en que trató a Puerto Rico ha ensombrecido ese desempeño. A menudo parece que simplemente no le importan tanto las otras personas.

En el nuevo libro de Bob Woodward, Miedo: Trump en la Casa Blanca, se cita al exjefe de gabinete Reince Priebus al reflexionar sobre el tratamiento presidencial de sus subordinados de una manera que también es relevante para sus deberes ceremoniales más amplios en un momento peligro.

"El presidente no tiene capacidad psicológica para reconocer la empatía o la piedad de ninguna manera", dijo Priebus.

La capacidad y disposición de Trump para poner el sufrimiento de los demás por encima de su ensimismamiento podrían probarse nuevamente en los días venideros.

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