Un buen reglamento de construcción, clave para evitar tragedias como la del 19s
Los sismos son un fenómeno común en México, pues el país está ubicado en una zona de “alta sismicidad”, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN). Siendo un país tan acostumbrado a los temblores, ¿por qué algunos edificios igualmente se caen, como ocurrió con los que tuvieron lugar el 7 y 19 de septiembre de 2017? En este último terremoto murieron 369 personas, según cifras oficiales (228 en la capital) y colapsaron 35 construcciones.
La solución para evitar que vuelvan a colapsar edificios cuando tiemble la tierra en el país es que México implemente un buen reglamento de construcción y, a su vez, se asegure de su cumplimiento, según Amador Terán Gilmore, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Además, es necesario el uso de tecnologías y sistemas estructurales innovadores para, de este modo, reducir la vulnerabilidad física en el entorno.
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"El ingeniero estructural mexicano cuenta con el conocimiento técnico y práctico que le permite incrementar la resiliencia al medio construido respecto de riesgos como los terremotos, pero todavía es necesario saber utilizarlo de manera correcta para afectar lo menos posible al planeta y poder aplicar un poder de transformación efectivo y eficiente”, opinó este experto durante el 'XII Congreso Administración y Tecnología para la Arquitectura, Diseño e Ingeniería Diseñemos una mejor Ciudad'.
Precisamente sobre la necesidad de que las autoridades se aseguren del cumplimiento de los reglamentos de construcción habló de un estudio presentado a principios de septiembre, en el que achacaba la cantidad de edificios destruidos el 19 de septiembre de 2017 a la "corrupción y la impunidad" .
Por su parte, las autoridades, el año pasado, ya negaron estas hipótesis: Gustavo Arballo Luján, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, indicó en una entrevista con CNN en Español justo después de este último terremoto que la mayoría de las edificaciones colapsadas fueron construidas antes del sismo de 1985.
Situación de especial vulnerabilidad
Teniendo en cuenta la situación de especial vulnerabilidad de México por su posición geográfica, "es necesario revisar si las decisiones que estamos tomando en materia de construcción son las adecuadas”, insistió Terán.
Precisó que no todo puede basarse en la elaboración de diseños que sean resistentes a los temblores, y resaltó que el verdadero valor es incorporar estos diseños a "una visión humanista, con poco impacto ambiental y social a corto plazo".
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Este enfoque de diseño, dijo el experto, está vinculado con la creación de sistemas estructurales mediante pruebas de laboratorio y trabajo de campo. Esto permite reproducir las condiciones reales en las que funcionarán estos sistemas y, por lo tanto, posibilita "estudiar y analizar los patrones de grietas durante movimientos telúricos de alta intensidad".
“La humanidad está cada vez más sujeta a catástrofes debido a fenómenos hidrometeorológicos, aunque a partir del siglo XX se ha reportado un mayor número de pérdidas humanas por sismos, por lo que debe hacerse una revisión debido al mal comportamiento estructural de los edificios”, alertó Terán.
Según dijo, los enfoques innovadores en ingeniería relacionada con los sismos tienen dos vertientes: una encargada de las cargas gravitacionales y otra que controla la respuesta lateral del edificio. De este modo, la ingeniería mecánica está logrando hacer diseños basados en resiliencia.
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El experto habló de las diversas escuelas de arquitectura pero, dijo, "el reto es respetar al medio ambiente, ya que proyectos de gran envergadura en desarrollo todavía dan prioridad a la estructura, aunque algunos ya están incorporando generadores de energía sustentables".
Para concluir, Terán pidió más apoyo para el desarrollo tecnológico de la industria de la construcción y de la ingeniería estructural mexicana, algo que “no sólo es correcto sino sensato". "El hacer posible la innovación no sólo debiera plantearse desde el punto de vista de beneficios sociales y ambientales para la sociedad mexicana, sino de las oportunidades de inversión para los desarrolladores”, finalizó.