Dirigentes de todo el mundo acuden a despedir a George H.W. Bush
WASHINGTON- Dirigentes y miembros de la realeza de distintas partes del mundo, como la canciller alemana, Angela Merkel, el rey Abdalá II de Jordania o el príncipe Carlos de Inglaterra, acudieron este miércoles al funeral de Estado de George H. W. Bush (1989-1993), que se celebra en la Catedral Nacional de Washington.
A las exequias asisten, además, otros miembros de la realeza como el exemir de Catar Hamad bin Jalifa al Zani, padre del actual emir, y el príncipe de Baréin Abdalá bin Hamad al Jalifa, de acuerdo a la lista proporcionada por el portavoz de la familia Bush Jim McGrath a la cadena de televisión CNN.
También están el presidente polaco, Andrzej Duda, y los exmandatarios de Polonia, Lech Walesa; de México, Carlos Salinas; de Portugal, Aníbal Cavaco Silva; y de Estonia, Toomas Hendrik Ilves; así como los ex primeros ministros del Reino Unido, John Major; de Kuwait, Naser al Mohamed al Ahmed al Sabah; y de Japón, Yasuo Fukuda.
Lee: El fiel perro de George H.W. Bush lo acompaña en su 'último viaje' a Washington
En la Catedral Nacional de Washington también se han dado cita el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania, así como los cuatro exmandatarios vivos del país junto a sus cónyuges, Barack Obama (2009-2017) y su esposa Michelle; Bill Clinton (1993-2001) y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton; y Jimmy Carter (1977-1981) con Rosalynn Carter.
Un caracter afable
El expresidente de Estados Unidos, George W. Bush (2001-2009), resaltó el carácter optimista y afable de su difunto padre, el también exmandatario George H.W. Bush (1989-1993), y destacó que lo que más le gustaba era reirse, "sobre todo de sí mismo" .
Durante su elogio fúnebre, Bush hijo, como es conocido popularmente, recordó las últimas palabras de su progenitor:
"El viernes pasado cuando me dijeron que le quedaban minutos de vida, le telefoneé y él mismo contestó la llamada. Le dije, 'papá, te quiero'. Sus últimas palabras en este mundo fueron: 'yo también los quiero".
En un discurso marcado por la emoción, que a veces pareció que le llevaría al llanto, George W. Bush resaltó el carácter afable de su padre, e hizo referencia al servicio que prestó a la nación como presidente del país, un cargo que, afirmó, ejerció como "un caballero" y "con dignidad y honor".
Lee: Wall Street guarda luto por George H.W. Bush
"Me enseñó lo que significa ser un presidente", afirmó.
Ante la presencia de numerosos mandatarios y expresidentes, Bush hijo definió a su padre como un "patriota" que creía que el servicio público debía ser ejercido con "honestidad" y visto como una "necesidad", una persona que quiso dejar un mundo mejor pero que supo sobrellevar sus limitaciones.
"En la victoria, compartía el mérito. Cuando perdía, cargaba con la culpa. Aceptaba que el fracaso es parte de una vida plena", dijo Bush en un aparente guiño a la derrota sufrida por su padre en las elecciones de 1992, que le impidió ejercer un segundo mandato.
Bush también tuvo tiempo para bromear sobre los años que pasó su progenitor alejado de la primera línea política y consideró que había logrado alcanzar uno de sus objetivos: "Morir joven, tan tarde como sea posible".
OPINIÓN: A Trump le hace falta la decencia de Bush padre
Entre las diversas anécdotas a las que hizo alusión, consiguió arrancar una sonrisa de los asistentes cuando narró la alegría que se llevó su padre cuando, ya con 90 años cumplidos, un amigo suyo logró "colar" una botella de vodka cuando fue a visitarle al hospital.
"Valoraba más el carácter que el pedigrí y buscaba el bien en los demás; y generalmente lo encontraba. Para nosotros, era el punto más brillante entre mil", concluyó, parafraseando a su padre.
Después de las exequias en Washington, el féretro del expresidente, fallecido el pasado viernes a los 94 años, será trasladado a Texas para recibir el jueves un último adiós por parte de su familia.
Los restos de George H. W. Bush descansarán, finalmente, junto "al amor de su vida", como definía siempre a su esposa Barbara Bush, en la Biblioteca Bush situada en la localidad de College Station (Texas).