El impacto del coronavirus en la vida cotidiana se está profundizando en el mundo, en una jornada en la que la enfermedad se detectó por primera vez en varios países.
Escuelas y negocios cerraron sus puertas por todas partes para tratar de frenar su propagación, los gobiernos tomaron más medidas drásticas, el calendario deportivo mundial quedó hecho añicos y las personas enfrentaron mayores restricciones de desplazamientos.
Trump explicó en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que declaró la emergencia nacional para "desatar todo el poder del gobierno federal". El mandatario agregó que la situación en Estados Unidos podría empeorar y que "las próximas ocho semanas son críticas".
El republicano había enfrentado críticas de algunos expertos por lo que consideran una lenta e ineficaz respuesta a la crisis y por minimizar la amenaza en las semanas previas.
Las últimos medidas se produjeron dos días después de que Trump anunciara restricciones de viaje que bloquean la entrada a Estados Unidos para la mayoría de las personas de Europa continental. Los mercados se hundieron después de esa decisión, pero este viernes remontaron un poco.
La presión había aumentado para que Trump declarara una emergencia por enfermedad infecciosa bajo la ley de 1988, que permitiría a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias proporcionar fondos para desastres a los gobiernos estatales y locales y desplegar equipos de apoyo. Esta potestad rara vez se usa. El expresidente Bill Clinton en 2000 declaró tal emergencia por el virus del Nilo Occidental.