"Sentían que se acababa el mundo. Veían cómo se abrían grandes grietas en el suelo y que tenían que saltarlas. Veían cómo los cerros se levantaban y se caían y el suelo se movía como una culebra que iba para arriba y para abajo", describe Cristian Farías, geofísico y director del departamento de obras civiles y Geología de la Universidad de Temuco, tras escuchar a sobrevivientes.
Finalmente el sismo del día anterior resultó ser un precursor del gran terremoto de Valdivia, que con una magnitud de 9.5 es el más potente jamás registrado en el mundo.
Tuvo que pasar más de una década para determinar que la magnitud del sismo era 32 veces mayor a la originalmente medida, agrega Farías. El experto recuerda que la primera medición se hizo a mano, con un lápiz y una regla, sobre un sismograma que entregó la magnitud máxima que se medía en esa época: 8.5.
Otras cifras del sismo también son elocuentes. La longitud de la ruptura fue de entre 900 y 1,000 km, abarcando gran parte del sur del país. Tan extensa que algunos expertos optaron por llamarlo como "el gran terremoto de Chile de 1960".
El sismo desplazó la placas Nazca y Sudamericana hasta un máximo de 40 metros y tuvo una duración de al menos cinco minutos, pero como las ondas sísmicas demoran en propagarse hay registros de hasta 14 minutos de duración.