El miércoles la prestigiosa revista científica tomó distancia del estudio, cuya metodología fue puesta en duda por una parte de la comunidad científica. La publicación admitió que este plantea "serias cuestiones científicas".
La publicación "alerta a los lectores sobre el hecho de que surgieron serias cuestiones científicas" sobre este estudio, actualmente bajo una auditoría promovida por varios de sus propios autores, indicó .
Esta advertencia fue publicada el martes como una "expression of concern" ("expresión de preocupación"), un término formal empleado por las revistas científicas cuando un estudio plantea potencialmente un problema.
Un día después, tres de los autores del estudio se retractaron de este.
"Ya no podemos garantizar la veracidad de las fuentes de datos primarias", escriben los tres en The Lancet, acusando así al cuarto autor, jefe de la compañía que recogió esos indicadores y que se niega a dar acceso a la base de datos.
El artículo desencadenó un aluvión de críticas, no sólo de los defensores de la polémica molécula como el investigador francés Didier Raoult, quien lo tachó de "pésimo", sino también de científicos escépticos sobre el interés de este medicamento para los enfermos infectados con el nuevo coronavirus.
Las críticas cuestionaban la fiabilidad de los datos en los que se basaba el estudio (96,000 pacientes de 671 hospitales) recopilados por la compañía estadounidense Surgisphere, que se presenta como una empresa de análisis de datos sanitarios y está dirigida por el cuarto autor del artículo, Sapan Desai.
Los autores respondieron anunciando una auditoría "independiente" de sus resultados y del origen de los datos. Pero finalmente tres de ellos, incluido el director Mandeep Mehra, tiraron la toalla.