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La pandemia de COVID-19 puede provocar un aumento del trabajo infantil

La crisis económica puede hacer que el número de niños que se ven obligados a trabajar aumente por primera vez en 20 años, advierten la Organización Internacional del Trabajo y UNICEF.
vie 12 junio 2020 10:55 AM
En riesgo
Los niños que ya trabajan se pueden ver obligados a realizar actividades más peligrosas o en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Millones de niños en el mundo corren el riesgo de tener que realizar trabajo infantil debido a la crisis económica provocada por la pandemia de. COVID-19, advirtieron este vierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF.

Significaría el primer año de crecimiento del trabajo infantil en 20 años, de acuerdo con un estudio presentado por las dos agencias de Naciones Unidas. Desde el año 2000, el trabajo infantil ha disminuido en 94 millones.

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La OIT informó que hasta 2017, 152 millones de niños trabajaban en el mundo.

El informe señala que los niños que ya trabajaban pueden hacerlo ahora por más horas o en condiciones de mayor riesgo. También podrían verse obligados a realizar peores formas de trabajo.

“Habida cuenta de las graves consecuencias de la pandemia en los ingresos de las familias, muchas de estas, al no tener apoyo alguno, podrían recurrir al trabajo infantil”, afirmó Guy Ryder, director general de la OIT en un comunicado.

El estudio señaló que las decisiones que tomen ahora los gobiernos para contener los efectos económicos de la pandemia serán fundamentales para conocer el futuro del trabjo infantil en el mundo.

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"Tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y derechos humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental", añadió Ryder.

La pandemia puede provocar un aumento de la pobreza y por tanto en un incremento del trabajo infantil, ya que los hogares utilizan todos los medios disponibles para sobrevivir. Algunos estudios aseguran que un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza conlleva un aumento del 0.7%, o más, del trabajo infantil.

En un estudio previo, la UNICEF ya había advertido que el número de niños pobres puede aumentar 86 millones a finales de 2020.

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La desigualdad de género puede agudizarse, puesto que las niñas son particularmente vulnerables a la explotación en el sector agrícola y en el trabajo informal o doméstico, según el informe.

“A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de los servicios sociales disminuye, más niños se ven empujados a trabajar. Cuando imaginamos el mundo después de la COVID, debemos asegurarnos de que los niños y sus familias disponen de las herramientas necesarias para afrontar tormentas similares en el futuro", dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

El estudio señala que al menos el 55% de las personas en el mundo, unos 4,000 millones, no cuentan con seguridad social. Esto hace que sean especialmente vulnerables a una crisis económica y sanitaria como la que se vive en la actualidad.

Los grupos de personas que que trabajan en el sector informal y los trabajadores migrantes serán los que más padezcan los efectos de la recesión económica, el aumento de la informalidad y el desempleo, así como el empeoramiento general de la calidad de vida, las crisis sanitarias y las deficiencias de los sistemas de protección social, entre otras consecuencias adversas de la crisis.

El cierre de las escuelas es otro factor que puede aumentar la posibilidad de que más niños comiencen a trabajar. Se calcula que más de 1,000 millones de alumnos en más de 130 países se han visto afectados por la suspensión de clases. El estudio señala que el aumento de la pobreza provocará que muhos de esos niños no se reintegren a las aulas cuando las actividades se reaunden.

Algunas acciones que se pueden tomar para evitar que aumente el trabajo infantil son las siguientes: ampliar la protección social, facilitar la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela sin costos de escolaridad, y disponer de más recursos para realizar inspecciones laborales y hacer cumplir la ley.

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La situación en América Latina

La OIT y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señalan que en la región también puede haber un aumento del trabajo infantil, de acuerdo con un estudio publicado el jueves, con motivo del Día contra el trabajo infantil.

“La desaceleración de la producción, el desempleo, la baja cobertura de la protección social, la falta de acceso a seguridad social y los mayores niveles de pobreza son condiciones que favorecen el aumento del trabajo infantil” en América Latina y el Caribe, dice el informe de estas dos agencias de la ONU.

El informe insta a los gobiernos de la región a pasar a la acción para evitar ese escenario.

“Los indicadores de trabajo infantil y de trabajo adolescente peligroso podrían incrementarse significativamente si no se implementan medidas y estrategias para reducir el impacto”, subraya el reporte.

Si bien el informe solo abarcó a México, Perú y Costa Rica, sus resultados permiten calcular que el trabajo infantil podría aumentar entre uno y tres puntos porcentuales en la región.

"Esto implicaría que al menos entre 109,000 y 326,000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar al mercado de trabajo sumándose a los 10.5 millones que ya están en situación del trabajo infantil actualmente”, dice el reporte.

En América Latina, el porcentaje de niños y adolescentes entre cinco y 17 años que trabaja bajó de 10.8% en 2008 a 7.3% en 2016, una reducción de 3.7 millones de personas, hasta la cifra actual de 10.5 millones.

Pero el mayor desempleo y pobreza impulsarán a las familias a buscar ingresos a través del trabajo infantil, en medio de la incertidumbre sobre las perspectivas laborales mientras la pandemia no se supere.

"Uno de los principales factores de inseguridad e inestabilidad económica en los hogares es que la jefa o el jefe del hogar trabaje en condiciones de informalidad, donde la protección social es mínima y los contratos laborales son inexistentes, por lo que el trabajo infantil se convierte en un componente importante de cómo los hogares manejan la inseguridad económica”, dice el informe.

Con información de AFP

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