Joe Biden ha ganado, pero la carrera electoral en Estados Unidos no ha terminado. En enero se juega una carrera clave: la segunda vuelta de dos puestos para el Senado en el estado de Georgia. Si los demócratas los ganan, tendrán el control de esa Cámara —y también del Congreso—, lo que dará vía libre a Biden para aprobar sus políticas. Sin embargo, si los republicanos se hacen con la victoria, mantendrán la mayoría y podrán bloquear muchas iniciativas de sus rivales.
En esta situación, Donald Trump hace campaña el sábado en Georgia, aunque algunos miembros de su partido temen que haga más mal que bien si se concentra en las quejas personales por su derrota en las elecciones del 3 de noviembre.
Trump ha acusado de forma repetida, y sin pruebas, de un fraude generalizado en las elecciones de noviembre, una afirmación rechazada por funcionarios estatales y federales, incluso en Georgia, donde Joe Biden se convirtió en el primer candidato presidencial demócrata que gana en una generación.