La policía respondió desenfundando las armas y lanzando gas lacrimógeno. La sesión del Capitolio —que avanzaba muy lentamente por la oposición de algunos republicanos a aprobar la victoria de Biden, aunque destinada a fracasar ya que los demócratas tienen mayoría en el Congreso— se interrumpió en medio de escenas de confusión. Algunos congresistas y senadoras se arrodillaron en el suelo junto a sus asientos, buscando protegerse, y se colocaron máscaras antigás.
Finalmente, la policía desalojó y cerró el edificio. Una mujer fue herida de bala al interior del Capitolio. Según medios estadounidenses, falleció horas después. Además, dos paquetes bomba fueron desactivados en la zona y otro más apareció en la sede del Partido Republicano en Washington.
Por la tarde, efectivos de la Guardia Nacional se movilizaron en el área, donde también se ha impuesto un toque de queda a partir de las 6 pm.
"Un Golpe de Estado"
Legisladores demócratas denunciaron un intento de "golpe" de Estado.
"Tristemente, y peligrosamente, una parte del Partido Republicano cree que su supervivencia política depende del respaldo de un intento de golpe", dijo el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer. "Hay un golpe en marcha", tuiteó la congresista Val Demings. "Esto es anarquía. Es un intento de golpe", señaló su colega Seth Moulton. "El presidente está incitando al terrorismo interno", apuntó el legislador Mark Pocan.
Entre los republicanos, antes de que los disturbios obligaran al receso en el Capitolio, el líder del Senado, el senador Mitch McConnell, durante cuatro años un acérrimo partidario de Trump, alertó sin embargo de los peligros de negarse a certificar la victoria de Biden. "Si esta elección fuera anulada en base a simples acusaciones de los perdedores, nuestra democracia entraría en una espiral mortal", comentó.
El expresidente George W. Bush también condenó los hechos. "Así es como los resultados electorales se disputan en una república bananera, no en nuestra república democrática", escribió en un comunicado.
Por su parte, representantes de la Unión Europea, el Reino Unido y muchos otros países condenaron la "vergonzosa" situación vivida en Washington. "Escenas vergonzosas en el Congreso estadounidense. Estados Unidos es el defensor de la democracia en el mundo entero y ahora es vital que el traspaso del poder se haga de manera pacífica y ordenada", estimó en un tuit el primer ministro británico, Boris Johnson.