Merrick Garland, el juez moderno que será el fiscal general de Joe Biden

El magistrado de la Corte de Apelaciones no está alineado con ningún partido político y es considerado como un liberal moderado, aunque ya ha sido rechazado por los republicanos antes.
En marzo de 2016 Obama lo eligió para ocupar un puesto en la Corte Suprema después de la muerte de Antonin Scalia. Pero esa nominación no prosperó.

Los republicanos en 2016 bloquearon por ocho meses la confirmación del último nominado de Barack Obama a la Corte Suprema. Con Biden, el juez Merrick Garland tiene ahora la oportunidad de convertirse en el Fiscal General de Estados Unidos, claro, si los senadores de oposición no vuelven a oponerse a su nombramiento.

Un día después de los disturbios en el Capitolio y con la confirmación del Congreso en el bolsillo, el presidente electo anunció que Garland, un juez de la corte de Apelaciones, es su elegido para ocupar el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Al igual que otros puestos en el gabinete de Trump, este es ocupado ahora por un interino, después de la renuncia de William Barr en diciembre.

Garland, un juez de la Corte de Apelaciones, es reconocido como un liberal moderado y no está alineado con ningún partido político.

No obstante, los senadores republicanos bloquearon en 2016 el pedido del entonces presidente Barack Obama de nominarlo para la Suprema Corte, permitiendo que al año siguiente el presidente Donald Trump designara a un magistrado conservador para llenar la vacante.

El argumento de entonces, irónicamente, era muy parecido al que los demócratas tenían en 2020 para rechazar el nombramiento de la jueza conservadora Amy Coney Barret: la nominación se daba muy cerca de las elecciones de noviembre, por lo que debería ser el ganador de los comicios quien eligiera quien ocuparía la vacante.

Garland y otros funcionarios clave del departamento de Justicia serán presentados por Biden este jueves, dijo en una nota el equipo de transición del presidente electo.

Los nominados reflejan su "profundo compromiso de reafirmar al Departamento de Justicia como un pilar de independencia e integridad, y garantizar que el fiscal general y su equipo de alto liderazgo sean los abogados del pueblo estadounidense, no el bufete de abogados del presidente”, indicó el equipo de Biden en un comunicado.

"Estos líderes, todos los cuales son veteranos del Departamento de Justicia, renovarán la fe de los estadounidenses en el estado de derecho y trabajarán incansablemente para construir un sistema de justicia más equitativo", agregó.

De 68 años, Garland tiene una larga carrera como abogado en el sector privado y fue procurador general.

En 1993 fue nombrado asistente del fiscal general adjunto en el Departamento de Justicia, donde se ocupó de graves casos de seguridad nacional, incluidos los atentados con bombas en la ciudad de Oklahoma y en los Juegos Olímpicos de Atlanta-96.

El presidente Bill Clinton lo nombró en 1997 para la Corte de Apelaciones de Washington, y recibió un amplio apoyo de los senadores demócratas y republicanos en su confirmación.

Se convirtió en juez principal de ese tribunal en 2013, y en marzo de 2016 Obama lo eligió para ocupar un puesto en la Corte Suprema después de la muerte de Antonin Scalia. Pero esa nominación no prosperó.

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Rompiendo la tradición reinante, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se negó entonces a someter a votación la nominación de Garland, apostando a que un republicano podría ganar la presidencia en las elecciones de noviembre y luego podría ser nominado un magistrado conservador.

Su nueva designación no debería encontrar mayores dificultades en el Senado,

y donde probablemente también conseguirá el apoyo de republicanos.

Con información de AFP y Reuters