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#YoAbro: los restaurantes de Italia protestan ante el confinamiento

Los propietarios de estos establecimientos abren sus locales, a pesar de que hay una prohibición de hacerlo después de las 6:00 pm, justo el día que el gobierno ordena nuevas restricciones.
vie 15 enero 2021 06:46 PM
Rebeldía
Algunos restaurantes en Milán, la ciudad que fue el foco de las infecciones en marzo de 2020, participaron en la protesta.

Con la consigna “Yo abro”, miles de propietarios de bares y restaurantes en Italia protestaron este viernes abriendo sus locales, un franco desafío a las medidas sanitarias impuestas por el gobierno de este país, que ordenan el cierre de los acontecimientos a las 18:00. Sin embargo muchos otros han tomado distancia al considerar que es ilegal y contra producente,

La protesta se llevó a cabo el mismo día que el gobierno italiano anunció que tres regiones consideradas de alto riesgo de contagio se volverá a confinar a partir del lunes. Esta medida es tomada para frenar el número de casos de COVID-19, que ya ha provocado la muerte de más de 80,000 en el país.

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Los dueños de los restaurante, hartos y acosados por los problemas económicos, han puesto en marcha esta iniciativa lanzada en redes sociales y que ha recogido 50,000 suscripciones en toda Italia.

La etiqueta #IoApro (Yo abro) fue tendencia en Twitter Italia este viernes, muchos fueron los restaurantes que permanecieron abiertos a partir de las 3:00 pm, a pesar de las restricciones impuestas por el gobierno. La adhesión más grande a la protesta se vivió en Toscana, Emilia-Romagna y Veneto, de acuerdo con un reporte del Corriere della Sera,

"Es una cuestión de supervivencia, ya estamos en un punto sin retorno, pero lo intentaremos de todos modos", explica en Facebbok Umberto Carriera, un restaurantero de Pesaro que ya ha recibido varias multas y suspensiones por abrir algunos de sus locales a pesar de las prohibiciones.

"Si llega la policía pues recibiremos la multa y la meteremos en el cajón, también nos haremos cargo de las multas que se hagan a nuestros clientes, y presentaremos miles de recursos", asegura.

A Carriera, le siguieron propietarios de restaurantes en ciudades como Padua, Florencia, Foggia, Verona y algunos pocos locales en Milán, una de las ciudades más afectadas por la primera ola del COVID-19 en Italia, durante la primavera de 2020.

Algunos gobiernos locales han aumentado la vigilancia y prometieron multas para los negocios que abran sus puertas. En Turín, el prefecto Claudio Palomba anunció que habría sanciones que irían de los 400 a los 3,000 euros, con un posible cierre del local, de acuerdo con un reporte del Corriere della Sera

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La iniciativa ha tenido el apoyo del líder de la Liga y ex ministro del Interior, Matteo Salvini.

Los restaurantes buscan sobrevivir al semáforo rojo y la ley de plásticos

"No se ha presentado una investigación epidemiológica que averigüe las infecciones que se producen en los local, a diferencia de lo que puede pasar en el transporte público o en los supermercados", añade Carriera.

El apoyo de Salvini ha sido criticado duramente por miembros del gobierno que le han acusado de incitar a la desobediencia civil.

"Salvini, ex ministro del Interior, instiga la desobediencia explotando el sufrimiento de una categoría en gran dificultad como la de los restauradores. Es el método Trump y creo que es muy peligroso además de irresponsable", escribió en Twitter Alessia Morani, subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Económico.

Ayuda insuficiente

Para otros propietarios de restaurantes, la protesta es ilegal y una medida desesperada ante la situación económica y puede traer consecuencias negativas para los negocios.

Se trata de "una respuesta irresponsable que se mueve ilegalmente. Las reaperturas ilegales, si las hay, serán vistas como desesperadas en el mejor de los casos, como sinvergüenzas imprudentes en el peor", afirmó a la agencia EFE el gestor de la Osteria dell'Orsa en Bolonia, una de las más antiguas de la ciudad.

La protesta “Yo abro”, que recuerda al movimiento #AbrimosOMorimos de los restauranteros de la Ciudad de México, es “un grito desesperado de ayuda que entendemos. Pero hay que respetar las reglas para detener el contagio en un momento en el que COVID-19 sigue cobrando muchas víctimas y se teme la llegada de la variante inglesa que tendría un 75% más de contagiosidad”, advirtió Antonio Giannelli, presidente del sindicato de prefectos, Sinpref, al Corriere.

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La asociación de este sector de restaurante en Italia, la FIPE, explicó en un comunicado que los restauradores están agotados "y la situación es grave y confusa, se necesitan de inmediato medidas adicionales para dar certeza a los emprendedores y un alivio adecuado de las pérdidas impuestas a sus empresas", pero afirmó que es necesario respetar la ley

"Nuestra responsabilidad social, arraigada en el país real desde hace más de 70 años, nos obliga a hacer de la legalidad un requisito previo para nuestra acción colectiva. Esto significa proteger a nuestros asociados de los riesgos y posturas que los alejan del país y los exponen a fuertes sanciones. El Ministerio del Interior fue muy claro sobre las medidas de control que se adoptarán contra quienes no respeten la ley", añadieron.

Italia ha destinado una serie de medidas como ayudas económicas y fiscales para los restauradores, pero no son suficientes y muchas aún no han llegado, denuncia la FIPE.

Según los datos del tercer trimestre de 2020, los últimos a disposición, este sector redujo su facturación un 16,6 % respecto al mismo periodo del año anterior y con perdidas de 23.400 millones de euros.

Restricciones más duras

Esta protesta se realizó en uno de los momentos más complicados de la pandemia de COVID-19 en Italia. Los casos registrados diariamente oscilan entre 15,000 y 20,000, lo que se compara con un pico de alrededor de 40,000 a mediados de noviembre, pero la presión sobre los hospitales sigue siendo alta. Entre 400 y 600 personas mueren por el virus cada día y el gobierno teme que el número aumente.

"En la última semana ha habido un empeoramiento generalizado de la epidemia, volvemos a una fase expansiva", dijo el miércoles el ministro de Salud Roberto Speranza ante el parlamento.

El nuevo decreto extiende hasta el 5 de marzo el toque de queda nocturno entre las 10:00 pm y las 05:00 am hora local y confirma el sistema de zonificación diseñado en noviembre para calibrar las restricciones entre las 20 regiones de Italia según los niveles de infección.

Las regiones italianas se clasifican según la gravedad de la situación epidemiológica: amarillo (riesgo moderado), naranja (riesgo medio) y rojo (riesgo alto) y cada semana un comité científico revisa la situación.

Si bien actualmente ninguna región italiana está clasificada de alto riesgo, el ministro de Salud, Roberto Speranza, deberá firmar este viernes el decreto que establece como zona roja a las siguientes regiones: Lombardía, al norte de Italia, el motor económico del país y la más poblada; Bolzano, también en el norte, y Sicilia, en el sur italiano.

La mayor parte del país empeora y será considerada "zona naranja", nivel medio de incidencia: Liguria, Friuli Venecia Julia, Valle de Aosta, Piamonte (norte), Abruzos, Umbria, Las Marcas, Lacio (centro), Apulia (sur).

Emilia Romagna y Veneto, en el norte, y Calabria, en el sur, estaban y se mantienen en de color naranja.

En las zonas rojas, además de las restricciones vigentes a nivel nacional, como el toque de queda deben cerrar todos los bares, cafeterías a partir de las 6:00 pm y los únicos comercios abiertos son los de primera necesidad, como farmacias y supermercados, mientras los restaurantes sólo pueden vender comida para llevar.

En las zonas naranjas todas las tiendas podrán abrir y los bares, cafeterías y restaurantes pueden vender sólo para llevar.

En aquellas amarillas, los bares, cafeterías y restaurantes pueden recibir clientes hasta las 18:00 pm y pueden atender un máximo de cuatro clientes por mesa.

El gobierno también extendió la prohibición de viajar entre regiones hasta el 15 de febrero y las estaciones de esquí también permanecerán cerradas hasta el 15 de febrero.

Los museos, en cambio, podrán abrir sus puertas en las zonas clasificadas como amarillas, pero sólo de lunes a viernes y para un número limitado de personas.

Los gimnasios deportivos, piscinas y salas de cines deberán permanecer cerrados por lo menos hasta el 5 de marzo.

El ministro Speranza indicó que el gobierno estaba considerando la creación de una "zona blanca", sin restricciones para las tiendas, cines, teatros, salones de baile y centros deportivos, con la obligación sólo de mascarillas y de mantener la distancia obligatoria.

En la actualidad, ninguna región italiana reúne las condiciones para ser clasificada como zona blanca, es decir, con menos de 50 contagios por cada 100.000 habitantes durante al menos tres semanas.

Paralelamente a su política de lucha para contener los contagios, Italia prosigue activamente su campaña de vacunación y ha vacunado ya a cerca de un millón de personas (970.000 dosis), según las últimas cifras oficiales.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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