Los casos positivos han aumentado desde que las autoridades cubanas decidieron abrir sus fronteras en noviembre.
“Hay riesgo en todos los lugares”, dijo Durán al anunciar el sábado las 910 personas diagnosticadas, récord para una jornada, de ellos 847 autóctonos y 63 casos importados.
La Habana, una de las provincias con mayor tasa de incidencia, reportó el sábado 408 positivos.
Autoridades cubanas sostienen que más del 70% de los casos está vinculado a viajeros, principalmente cubanos y cubanoestadounidenses que visitan a sus familias en la isla, donde se han relajado los protocolos sanitarios en los hogares.
Una funcionaria del Instituto de Aeronáutica de Cuba anunció un recorte aún mayor, a casi una frecuencia semanal, de los vuelos de Estados Unidos, México, Panamá, Bahamas, República Dominicana, Jamaica y Colombia, al tiempo que se mantiene suspendido el reinicio de viajes de Nicaragua, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam. Los vuelos a Haití están cancelados por el momento.
Los turistas que arriben a la isla serán trasladados a hoteles y pagarán sus gastos, mientras que los residentes en Cuba serán ubicados en centros de aislamiento de manera gratuita hasta que los resultados de sus pruebas PCR sean negativas.
Si bien el Gobierno había controlado la pandemia en los primeros seis meses con fuertes medidas de restricción, en los últimos tiempos la población de 11 millones de habitantes se ha relajado, en tanto la escasez de alimentos provoca filas interminables y aglomeraciones en las calles fuera de los comercios.