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Los 5 retos que enfrenta el mecanismo COVAX para que la vacuna llegue al mundo

La falta de fondos, dificultades en el transporte y el nacionalismo de las vacunas han impedido que la iniciativa impulsada por la OMS tenga éxito para combatir el COVID-19.
mar 06 abril 2021 05:04 AM
 El mecanismo COVAX se ha enfrentado a múltiples desafíos para llevar la vacuna contra el COVID-19 a los países más pobres. Algunos son el nacionalismo de vacunas, el control de las exportaciones, la desconfianza en las vacunas y los problemas de distribuci{on.
La OMS se ha pronunciado contra el “nacionalismo de las vacunas”, una práctica que provoca la subida de precios y solo alarga la pandemia.

La iniciativa COVAX para distribuir vacunas contra el COVID-19 a los países más pobres enfrenta un "serio desafío" para satisfacer la demanda, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa el jueves 1 de abril.

"La semana pasada, hice una solicitud urgente a los países, con dosis de vacunas COVID-19 que tienen Listado de Uso de Emergencia de la OMS, para compartir 10 millones de dosis inmediatamente con COVAX", dijo.

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"Solicité a los fabricantes que ayudaran a garantizar que los países que avancen puedan donar rápidamente esas dosis. Se ha escuchado este desafío, pero aún no hemos recibido compromisos para estas dosis. Todavía tengo la esperanza de que algunos líderes progresistas den el paso", agregó.

Este no es el único desafío al que se ha enfrentado esta iniciativa impulsada por la OMS y otras agencias de Naciones Unidas. A continuación presentamos cinco desafíos a los que debe enfrentarse el mecanismo COVAX para llevar la vacuna contra el COVID-19 a los países más pobres.

1. El control sobre las exportaciones

Varios países y regiones, como la Unión Europea, han establecido controles a la exportaciones de vacunas. Decisiones de este tipo provocaron que la OMS se pronunciara en contra del "nacionalismo de las vacunas!, una práctica que provoca la subida de precios y solo alarga la pandemia.

"Conseguir inyectar las dosis supone establecer una compleja cadena de suministro mundial que incluye desde los componentes necesarios para producir la vacuna, pasando por los frascos y los tapones plásticos, hasta las jeringuillas, entre otros", señala la ONU en un comunicado.

Para las Naciones Unida, los países pobres podrán tener un mayor acceso a la vacuna, con un costo menor, si consiguen fabricar las vacunas.

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“Mediante iniciativas como la Red de Fabricantes de Vacunas de los Países en Desarrollo, se les ayuda a crear bases de fabricación adicionales —especialmente en África, Asia y América Latina— que serán esenciales para satisfacer la demanda actual de refuerzos de COVID-19 y de futuras vacunas. Ampliar la producción a nivel mundial haría que los países pobres dependieran menos de las donaciones de los ricos”, dijo Diane Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX de la OMS.

Sin embargo, los países de ingresos altos se han negado a liberar las patentes de las vacunas, a pesar de los intentos que países como India y Sudáfrica han empujado en la Organización Mundial del Comercio.

2. Distribuir las vacunas a las zonas más remotas

Todos los países que forman parte de la iniciativa COVAX cuentan con la infraestructura necesaria para almacenar las vacunas en refrigeración. El problema viene cuando se trata de distribuir esas vacunas en todo su territorio.

Hay países en África occidental francófona que han tenido dificultad para reunir los recursos necesarios para el reparto y la distribución de la vacuna a todos los lugares donde son requeridas. “En muchos de los países más pobres, la mayoría de las dosis se distribuyen en los grandes centros urbanos”, dijo Gian Gandhi, coordinador mundial de COVAX de UNICEF.

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Este tipo de distribución permite en el corto plazo priorizar la vacunación del personas sanitario y de otros trabajadores de primera línea en zonas urbanas, donde una mayor densidad poblacional les hace correr un mayor riesgo de contagio.

3. Se necesitan más fondos

Acelerar el reparto y entrega de las vacunas de los almacenes urbanos a las zonas remotas requiere dinero.

"Para continuar el suministro de vacunas durante 2021 a sus 190 miembros, COVAX necesita al menos 3200 millones de dólares. Cuanto más rápido se alcance este objetivo, antes se podrán administrar las vacunas”, dijo Abad-Vergara.

Las contribuciones de varios países, especialmente los de la Unión Europea, el Reino Unido y Estados Unidos, han ayudado en gran medida a paliar el déficit de financiación de las inmunizaciones. Sin embargo, la dotación para el suministro de esas vacunas es más problemática.

UNICEF calcula que se necesitan 2,000 millones de dólares adicionales para ayudar a los 92 países más pobres con gastos esenciales, como refrigeradores, formación del personal sanitario, gastos de los vacunadores y combustible para los camiones frigoríficos de reparto.

Por esa razón, solicita a los donantes que desembolsen de forma inmediata 510 millones de dólares como parte de un llamamiento humanitario que permita atender las necesidades urgentes.

4. Los países más ricos deben compartir las vacunas

El mecanismo COVAX tiene unos competidores duros a la hora de negociar con las farmacéuticas: los países ricos. Los Estados están haciendo tratos bilaterales directos con estas compañías. Esto ejerce una presión adicional sobre el suministro disponible de vacunas contra el COVID-19.

“Harán falta ciertos equilibrios legales, administrativos y operativos para llevar las inmunizaciones a donde se necesiten. Desgraciadamente, en estos momentos no vemos demasiados países de renta alta dispuestos a compartir”, dijo Gandhi, al mismo tiempo que llamó a los países ricos a compartir las dosis sobrantes.

"El enfoque actual del 'yo primero' favorece a los países que más pueden pagar y, en última instancia, comportará un mayor coste económico y en términos de vidas", advirtió Abad-Vergara. "Pero es importante señalar que los acuerdos bilaterales no impiden que un país reciba dosis o contribuya a COVAX”.

5. La falta de confianza en las vacunas

La gran cantidad de desinformación que rodea al COVID-19 y especialmente a las vacunas ha hecho que muchas personas se muestren reticentes a recibir la vacuna del COVID-19.

"Durante de la pandemia se ha difundido una gran cantidad de información errónea", dijo Abad-Vergara. "La OMS trabaja intensamente para combatirla, además de generar confianza en las vacunas e involucrar a las diferentes comunidades”.

La vacuna de AstraZeneca —una de las aprobadas por la OMS para su uso de emergencia y que está siendo distribuida a través de COVAX— ha sido el blanco de especulaciones sobre posibles efectos secundarios graves, aunque poco comunes, tras la detección de casos de trombosis atípicas en pacientes vacunados con esta.

Se han registrado decenas de casos, algunos de los cuales han derivado en fallecimientos. Tanto la OMS como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aseguran que "no se ha probado ninguna relación de causalidad, pero es posible", y los beneficios del inmunizante contra el coronavirus siguen siendo superiores a los riesgos.

Con información de Reuters y AFP

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