El ensayo se llevó a cabo en Atenas, Grecia, debido a que Israel -país con casi la totalidad de su población vacunada- no tenía pacientes relevantes suficientes. El resultado del primer ensayo fue que 29 de 30 pacientes graves de COVID-19 fueron dados de alta rápidamente, mientras que, en esta segunda fase, el 93% de los 90 participantes del estudio se curaron en cinco días o menos.
El doctor Nadir Arber explicó que, a diferencia de los esteroides (otro tipo de medicamentos utilizados experimentalmente para tratar el COVID-19), el EXO-CD24 no afecta al sistema inmunológico en su conjunto, sino que solo ataca este mecanismo, ayudando a recuperar su equilibrio correcto. Arber ya había estudiado, durante más de 25 años, la molécula CD24, presente en las membranas de las células humanas y su esfuerzo está dando resultados.
Arber también explica que se trata de “medicina de precisión” pues al enviar derivados de esta membrana exactamente donde se necesitan, se evitan los efectos secundarios. No obstante, se muestra cauteloso de cara al futuro del fármaco, pues advierte que por muy prometedores que puedan ser los resultados de las primeras fases, nadie puede estar seguro hasta que se comparen los resultados con pacientes que reciben un placebo.
Este medicamento es inhalable y requiere una aspiración diaria, durante unos cuantos minutos. A través de este método, se evita una reacción exagerada del sistema inmunitario del ser humano, ante la presencia del SARS-CoV-2 y la cual es causa del agravamiento de la enfermedad.
En efecto, el siguiente paso es realizar un ensayo con 155 pacientes, donde dos terceras partes del grupo recibirá el fármaco, mientras que el resto será tratado con un placebo. Se esperan tener resultados a finales de 2021 y, si los resultados son positivos, esta medicina podría producirse rápidamente y a un bajo costo.