Anualmente, 12,000 jóvenes de 15 a 24 años mueren por suicidio; tres de cada cuatro son hombres. Algunas estrategias para la prevención son:
- Hacer seguimiento a personas que intentaron suicidarse y brindarles apoyo.
- Sensibilizar a jóvenes, padres, docentes y trabajadores de la salud.
- Identificar y tratar los trastornos mentales y uso de sustancias.
- Capacitar para la prevención del suicidio a personal de la salud y la educación.
- Restringir el acceso a los medios de suicidio más comunes.
- Realizar intervenciones específicas para los grupos más vulnerables, como jóvenes indígenas y LGBT.
- Difundir responsablemente información en los medios y redes sociales.
- Mejorar el registro y análisis de los suicidios.
- Para padres, maestros, trabajadores de la salud y jóvenes: reconocer las señales de alerta y buscar ayuda.
Depresión y otras causas del suicidio
Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, etc.
Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. La atención temprana de la depresión puede prevenir intentos de suicidio o su consumación.
Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica.