Michael Kurilla, especialista en enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos remarcó que "no está claro que todo el mundo necesite el refuerzo, más allá del pequeño grupo de población que claramente estaría en alto riesgo de una enfermedad grave".
La votación del panel de asesores de la FDA no es vinculante pero suele ser respetada por la agencia a la hora de emitir sus decisiones.
Pfizer evocó también datos que muestran que los refuerzos aumentan el nivel de anticuerpos contra la variante Delta.
"La administración de una dosis de refuerzo permitió a Israel limitar los casos graves durante su cuarta ola" de la pandemia, dijo Sharon Alroy Preis, una alta funcionaria de salud israelí durante la presentación.
La FDA sostiene, no obstante, que no todos los estudios son necesariamente confiables y estima que aquellos que resultan de investigaciones en Estados Unidos "probablemente representen más fielmente la efectividad de las vacunas en la población estadounidense”.
Precisamente este viernes se conoció un nuevo informe de los CDC que indicó que la vacuna de Moderna es la más efectiva para evitar la hospitalización por el COVID-19, seguida de la de Pfizer y de la monodosis de Johnson & Johnson.
En concreto, señaló que la efectividad de Moderna es del 93%, la Pfizer/BioNTech es del 88% y la de Johnson & Johnson es del 71%.
Según los investigadores, la efectividad de la vacuna de Pfizer comienza a disminuir de manera más pronunciada que la de Moderna con el paso del tiempo: a partir del cuarto mes de haber sido administrada su segunda dosis se sitúa en el 77%.
La de Pfizer es la única vacuna que cuenta con aprobación total para su uso por parte de la FDA, ya que las de Moderna y Johnson & Johnson cuentan con autorización de emergencia.
Con información de AFP y EFE