Nuestra capacidad para sentir el calor, el frío y el tacto es esencial para sobrevivir y de ella depende nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
David Julius, de 65 años, profesor de la universidad de California, usó capsaicina (o capsicina), un compuesto activo de los pimientos picantes que causa una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor.
Ardem Patapoutian, profesor de Scripps Research en California y nacido en 1967, utilizó células sensibles a la presión para descubrir un nuevo tipo de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos.
Los descubrimientos de ambos "nos han permitido entender cómo el calor, el frío, la fuerza mecánica puede iniciar los impulsos nerviosos que nos permiten percibir y adaptarnos al mundo a nuestro alrededor", según el Instituto Karolinska.
Básicamente, sus trabajos, según explicaron los responsables de este "importante y profundo descubrimiento", explican cómo el calor, el frío y el tacto pueden desencadenar respuestas en el sistema nervioso.