Publicidad
Publicidad

Xiomara Castro lidera las encuestas en primeras horas de la elección de Honduras

La elección presidencial es el más reciente foco álgido en Centroamérica, desde donde miles de migrantes salen con destino a Estados Unidos y un punto de tránsito clave para el tráfico de drogas.
dom 28 noviembre 2021 04:29 PM
Xiomara Castro, presidential candidate of the Liberty and Refoundation Party (LIBRE) casts her vote in Catacamas
Xiomara Castro, candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), emite su voto durante las elecciones generales en Catacamas, Honduras, el 28 de noviembre de 2021.

Los hondureños votaban el domingo para elegir a un nuevo presidente, y la candidata de izquierda, Xiomara Castro, esperaba sacar del poder al derechista Partido Nacional, cuyo gobierno de 12 años se ha visto afectado por escándalos de corrupción, desempleo crónico y oleadas de migrantes que huyen.

Si gana, Castro se convertiría en la primera mujer presidenta de Honduras y marcaría el regreso de la izquierda al poder por primera vez desde que su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, fue depuesto en un golpe de Estado en 2009.

La postulante se ha ganado el apoyo de votantes por sus esfuerzos para consolidar la oposición al presidente saliente Juan Orlando Hernández, quien ha negado acusaciones de tener vínculos con pandillas, entre otros escándalos de corrupción.

Publicidad

Las encuestas más recientes reforzaron la condición de Castro como favorita.

"No nos quedemos en casa, este es el momento. Es el momento de sacar a esta dictadura", dijo Castro, de 62 años, mientras reporteros la rodeaban justo después de votar en la ciudad Catacamas. "Este momento es ahora o nunca", añadió.

La candidata dijo que confiaba en que los votantes informaran sobre cualquier problema que vieran y que los observadores internacionales también ayudarían a garantizar un voto justo.

La elección es el más reciente foco político álgido en Centroamérica, desde donde miles de migrantes salen con destino a Estados Unidos y un punto de tránsito clave para el tráfico de drogas, y donde ha crecido la preocupación por gobiernos cada vez más autoritarios.

El voto también provocó forcejeos diplomáticos entre Pekín y Washington después de que Castro dijo que ella abriría relaciones diplomáticas con China, restando importancia a los lazos con Taiwán respaldado por Estados Unidos.

El principal rival de Castro es Nasry Asfura, del Partido Nacional, un rico empresario y alcalde de la capital, Tegucigalpa, que ha intentado distanciarse del impopular gobernante. Se esperaba que emitiera su voto más tarde en la capital.

Asfura dijo a la televisión hondureña que acataría el resultado de la votación. "Lo que el pueblo hondureño quiera al final yo lo respeto. Todo lo van a decir las urnas", afirmó.

En Tegucigalpa, cuando las casillas abrieron en un día fresco y soleado, se pudo ver a decenas de personas alineadas temprano en varios lugares.

"Estoy en contra de tanta corrupción, pobreza y hasta narcotráfico", dijo José González, de 27 años, un mecánico que estaba formado afuera de un centro de votación acompañado de su pequeña hija. Afirmó que votaría por Castro.

Las casillas estarán abiertas hasta las 17:00 hora local (2300 GMT) y se esperan resultados preliminares tres horas después. Unos 5.2 millones de hondureños están llamados a votar.

La disputada reelección de Hernández en 2017 y sus secuelas se ciernen sobre la votación del domingo.

Los informes generalizados de irregularidades en los comicios de hace cuatro años provocaron protestas que se cobraron la vida de más de dos docenas de personas, pero la victoria de Hernández fue finalmente aprobada por aliados en el consejo electoral.

Días después, fue avalada por el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Alexa Sánchez, una estudiante de medicina de 22 años, descansaba en una banca mientras escuchaba música en sus auriculares y dijo que votó a regañadientes por Castro.

"Honestamente, no era como que había tantas buenas opciones", dijo. Sánchez agregó que no le sorprendería que hubiera violencia después de una votación que no esperaba que fuera limpia. "Probablemente ganan los nacionalistas de nuevo (...) creo que ya todo está pactado".

Publicidad

Una campaña dura

Numerosos observadores electorales nacionales e internacionales seguían de cerca la votación del domingo, incluyendo una misión de 68 miembros de la Unión Europea.

"Abogamos por elecciones libres, limpias y en paz", dijo la jefa de observadores Zeljana Zovko, y agregó que su equipo había observado una votación mayormente tranquila con una alta participación, aunque la mayoría de las mesas de votación no abrieron a tiempo.

Mientras tanto, la tensión electoral se manifestó en algunos vecindarios de Tegucigalpa el sábado por la noche.

Algunas empresas optaron por tapar las ventanas de los escaparates, mientras que al menos dos concesionarias de automóviles en un área cercana a las oficinas del presidente habían vaciado sus lotes de autos. En el pasado, esa parte de la ciudad ha sido sede de protestas estridentes.

"La campaña ha sido muy dura", dijo Julieta Castellanos, socióloga y exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, especialmente después de que Castro selló en octubre una alianza de oposición con quien ocupó el segundo lugar en los comicios de 2017 que, según ella, "generó una gran expectativa".

Castellanos dijo que la violencia después de estas elecciones es posible si la contienda es especialmente reñida, si se presentan un mayor número de denuncias y dan lugar a sospechas de fraude a gran escala, o si los candidatos se declaran victoriosos de forma prematura.

Desde las elecciones primarias de marzo, la violencia política ya ha causado la muerte de 31 personas, incluidos candidatos y activistas locales de los tres partidos principales.

Además de la carrera presidencial, los votantes también están decidiendo la composición del Congreso unicameral de 128 miembros, más funcionarios de unos 300 gobiernos locales.

En el barrio de clase trabajadora Kennedy de Tegucigalpa, el contador José de 56 años, quien se negó a dar su apellido, dijo que se quedaría con el partido gobernante.

"Tengo esperanza que Tito Asfura pueda cambiar todo esto", dijo, usando el apodo del alcalde. "Mire, aquí la corrupción es de todos los gobiernos", agregó.

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad