Durante sus cuatro mandatos, la política de 67 años ha sido habitualmente descrita como la mujer más poderosa del mundo, pero recientemente confesó que no echará de menos estar al mando.
"Voy a entender muy rápidamente que todo esto es ahora responsabilidad de otro. Y creo que me va a gustar mucho esa situación", aseguró durante una visita a Washington en julio.
Famosa por su aguante y su capacidad de mantenerse fresca tras reuniones hasta altas horas de la noche, Merkel una vez aseguró que podía almacenar el sueño como los camellos reservan el agua.
Pero cuando le preguntaron en la capital estadounidense sobre qué hará en su retirada, admitió que su resistencia tiene un límite.
"Puede que intente leer algo, mis ojos empezarán a cerrarse porque estoy cansada, con lo que tomaré una pequeña siesta y luego veremos dónde aparezco".
"Pensar qué quiero hacer"
Elegida por primera vez como diputada en 1990, justo después de la reunificación alemana, Merkel admitió recientemente que nunca había tenido tiempo de parar y reflexionar sobre qué le gustaría hacer.
"Nunca he tenido un día de trabajo normal y (...) naturalmente he parado de preguntarme qué me interesa más fuera de la política", explicó durante una entrevista conjunta con la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
"Al haber llegado a la edad de 67 años, no me queda una cantidad infinita de tiempo. Esto significa que quiero pensar cuidadosamente sobre qué quiero hacer en la siguiente fase de mi vida", razonó.