"Podemos poner fin a la fase aguda de la pandemia este año, podemos poner fin al COVID-19 como urgencia sanitaria mundial", el nivel de alerta más elevado de la OMS, declaró su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Para lograrlo, los países no deben quedarse de brazos cruzados y están obligados a luchar contra la desigualdad en la vacunación, vigilar el virus y sus variantes y aplicar restricciones adaptadas, explicó en la apertura del comité ejecutivo de la OMS, que se reúne esta semana en Ginebra.
Sin embargo, en África, el 85% de la población ha recibido únicamente una dosis de la vacuna, subrayó.
Además, advirtió que es "peligroso suponer que (la variante muy contagiosa) Ómicron será la última variante", porque las condiciones son "ideales" en el mundo para que otras variantes surjan, incluso otras más transmisibles y virulentas.
El domingo, el director de la OMS para Europa, Hans Kluge, consideró que en la región podría perfilarse una salida de la pandemia de COVID-19 dos años después de que la enfermedad fuese detectada por primera vez en el continente, aunque pidió prudencia ante sus declaraciones, dada la versatilidad del virus.
La OMS estima que Ómicron podría haber contagiado al 60% de la población europea antes de marzo.
Pase de vacunación en Francia
En un comunicado publicado este lunes, Kluge subrayó que "Ómicron está suplantando a Delta a una velocidad sin precedentes" en Europa. "Menos de dos meses después de que fuera descubierta en Sudáfrica, (esa variante) representa ya el 31.8% de los casos en la región europea, frente al 15% de la semana anterior", añadió.