Su familia, marcada por la segregación
Los abuelos de Jackson crecieron en el estado sureño de Georgia y tanto su padre como su madre, ambos maestros de escuelas públicas, se formaron en colegios segregados por raza y luego estudiaron en universidades para la población negra.
"Estoy bastante segura de que si trazan el linaje de mi familia (...) verán que mis antepasados fueron esclavos en ambos lados", dijo Jackson el año pasado en una audiencia ante el Senado.
Nacida en Washington DC en 1970, Jackson pasó casi toda su infancia y adolescencia en Miami, inspirada por la pasión por las leyes de su padre, que estudiaba Derecho con voluminosos libros mientras ella, a su lado, coloreaba cuadernos de su jardín de infancia.
"Fue mi padre quien me impulsó hacia este camino", afirmó la jueza en febrero, durante su acto de nominación en la Casa Blanca.
Los padres de Jackson, que la acompañaron orgullosos durante las audiencias de confirmación, quisieron ponerle un nombre que reflejara su herencia africana y se decantaron por Ketanji Onyika, que significa "preciosa", o al menos eso les dijo una pariente que había visitado África Occidental.
"Mis padres me enseñaron que, al contrario que ellos, que tuvieron que enfrentar muchas barreras impenetrables, mi camino iba a estar despejado, si trabajaba y creía en mí misma", recordó Jackson en un discurso el año pasado.