El gobierno atribuye lo ocurrido a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 que, entre otras, tienen unos 70,000 miembros en El Salvador.
Desde entonces, rige en el país centroamericano un estado de excepción para enfrentar una ola de violencia generada por las pandillas. En diez días, unos 6,000 pandilleros han sido arrestados, según el último balance oficial.
La diputada del partido oficialista Nuevas Ideas, Marcela Pineda, señaló que la aprobación de la reforma busca "no coartar la libertad de expresión", sino obligar a "ser responsables en los mensajes que se difunden a la población”.
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) emitió acto seguido un comunicado expresando su "preocupación" ante un "claro intento de censura".
La reforma "mordaza", como la calificó la APES, "amenaza con cárcel a los medios de comunicación y periodistas que reporten sobre una realidad que desde la actual administración" de Bukele "se busca esconder".
Se trata de una "nueva herramienta para criminalizar el trabajo periodístico", agregó el texto.
Poco después de la aprobación del Congreso, el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca, escribió en Twitter que "los límites a la libertad de expresión no pueden depender de la ansiedad política de una situación".
"En una crisis los estándares de DDHH son mucho más exigentes", dijo, sin mencionar explícitamente la recién divulgada medida.
Con información de AFP, EFE y Reuters