Los resultados aparecieron en una pantalla gigante en el Campo de Marte, a los pies de la torre Eiffel, donde los partidarios de Macron ondeaban banderas francesas y de la Unión Europea. La gente se abrazaba y coreaba el nombre del mandatario.
Por el contrario, una reunión de abatidos partidarios de Le Pen estalló en abucheos y silbidos al conocer la noticia en un extenso salón de recepciones en las afueras de París.
Macron puede esperar poco o ningún periodo de gracia después de que muchos, sobre todo en la izquierda, solo votaran por él a regañadientes para impedir el triunfo de la extrema derecha. Las protestas que han empañado parte de su primer mandato podrían estallar de nuevo con bastante rapidez, ya que su plan es seguir adelante con sus reformas proempresariales.
"Habrá continuidad en la política del gobierno porque el presidente ha sido reelegido. Pero también hemos escuchado el mensaje de los franceses", declaró el ministro de Salud, Olivier Veran, a BFM TV.
El primer gran reto serán las elecciones parlamentarias. Están a la vuelta de la esquina, en junio, y los partidos de la oposición, tanto de izquierda como de derecha, iniciarán de inmediato una gran campaña para intentar votar un parlamento y un gobierno opuestos a Macron.
Proeuropeo
Las encuestadoras Ifop, Elabe, OpinionWay e Ipsos proyectaron una victoria de Macron del 57.6 al 58.2%.
La victoria del centrista y proeuropeo Macron será aclamada por sus aliados como un respiro tras las sacudidas de los últimos años por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, la elección en 2016 de Donald Trump y el ascenso de una nueva generación de líderes nacionalistas.
Macron se unirá a un pequeño club: solo dos presidentes franceses antes que él han conseguido un segundo mandato. No obstante, su margen de victoria parece ser más estrecho que cuando venció por primera vez a Le Pen en 2017, lo que subraya cómo muchos franceses siguen sin estar impresionados con él ni su historial doméstico.
Esa desilusión se reflejó en las cifras de participación. Los principales institutos de encuestas de Francia dijeron que la tasa de abstención probablemente se establecería en torno al 28%, la más alta desde 1969.
Con el telón de fondo de la invasión rusa de Ucrania y las consiguientes sanciones occidentales que han exacerbado la subida de los precios del combustible, la campaña de Le Pen se centró en el aumento del costo de la vida como punto débil de Macron.
Prometió fuertes recortes en el impuesto a los carburantes, un impuesto sobre las ventas del 0% en artículos esenciales, desde la pasta hasta los pañales, exenciones de ingresos para los trabajadores jóvenes y una postura de "Francia primero" en materia de empleo y bienestar.
Por su parte, Macron señaló que la admiración de su rival por Vladimir Putin en el pasado demuestra que no se puede confiar en ella en la escena mundial, al tiempo que insistió en que mantiene sus planes para sacar a Francia de la UE, algo que ella negó.