La mortalidad relacionada con las canículas en India, ya víctima de olas de calor mortíferas en 2015 y 2019, aumentó en más del 60% desde 1980, según el ministro indio de Ciencias de la Tierra.
Además, ya se aprecian otros "impactos" en la agricultura, el agua, el suministro en energía, subrayó esta semana el jefe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas.

Sin olvidar que la calidad del aire se deteriora, que los riesgos de incendios aumentan y los cortes de electricidad.
"Lo que me sorprende es que la mayoría de la gente está conmocionada, pese a que ya hace mucho tiempo que se está advirtiendo que en el futuro se presentarían este tipo de catástrofes", declaró a la AFP Camilo Mora, investigador de la Universidad de Hawái.
"Esta región del mundo, y la mayoría de las zonas tropicales, figuran entre las más vulnerables ante las canículas", agregó.
¿Normal?
En un estudio de referencia publicado en 2017, él y su equipo estimaron que cerca de la mitad de la población mundial estaría expuesta a un "calor mortal" al menos 20 días anuales de aquí a 2100. Y eso , aunque el aumento de las temperaturas globales no supere los 2ºC respecto a la era preindustrial, objetivo principal del acuerdo de París sobre el clima.
Los científicos están realizando cálculos para evaluar cuál es la parte de responsabilidad del calentamiento global en la ola de calor que afecta el sudeste asiático.
"No hay ninguna duda de que el cambio climático modifica las reglas de juego en materia de canícula", señaló a la AFP Friederike Otto, del Imperial College de Londres.