Por primera vez desde que rompió con la tradición y se fue de la ciudad antes de la toma de posesión presidencial de Joe Biden en enero de 2021, Donald Trump ha regresado a Washington DC.
En un discurso ante miembros republicanos del Congreso y exfuncionarios de la administración en la cumbre del America First Policy Institute, el expresidente expuso lo que cree que debería ser el enfoque del partido republicano si obtiene el control del Congreso en noviembre y la presidencia en 2024.
Trump habló de un plan de siete partes para tomar medidas enérgicas contra lo que dijo que era un crimen desenfrenado en ciudades de Estados Undos.
Algunas de las propuestas eran familiares, como aumentar la protección de responsabilidad para los agentes de policía, más fondos para la aplicación de la ley y volver a las políticas de "parar y cachear" que permiten registros improvisados de sospechosos sin orden judicial.
Otros eran algo nuevos. Volvió a pedir la pena de muerte para los traficantes de drogas, pero elogió los "juicios rápidos" que los países autoritarios como China usan para combatir el tráfico de narcóticos.
Sugirió la construcción de complejos de tiendas de campaña administrados por el gobierno fuera de las áreas urbanas para rehabilitar a las personas sin hogar para que las ciudades estadounidenses puedan volver a ser "limpias, seguras y hermosas".
También pidió a la autoridad presidencial que despliegue soldados de la Guardia Nacional para combatir el crimen en las ciudades sin el permiso de un gobernador local, recordando los enfrentamientos entre el presidente y los gobernadores demócratas sobre si usar las fuerzas militares estadounidenses durante las protestas, a veces violentas, de Black Lives Matters en 2020.
El expresidente siempre se ha inclinado por la retórica dura contra el crimen, pero es irónico que quizás el mayor logro político bipartidista de su mandato fue la reforma de la justicia penal, que otorgó la libertad anticipada a miles de reclusos y revisó las pautas federales de sentencia.
Después de enumerar una serie de otras prescripciones políticas (detener la inflación, proteger los derechos de los padres, facilitar el despido de empleados federales de alto nivel, restaurar la libertad de expresión, recuperar los empleos en la industria manufacturera y la reforma de la asistencia social), Trump se aventuró a volver a su pasatiempo favorito: quejarse. sobre los resultados de las elecciones de 2020.
"Gané por segunda vez, lo hice mucho mejor la segunda vez", dijo sobre su esfuerzo por la reelección de 2020. "Lo hizo mucho mejor. Muy corrupto. Obtuvimos millones, millones de votos más. Esa será una historia durante mucho tiempo, qué desgracia fue".
Se quejó de que era el "presidente más perseguido de la historia". Se quejó de sus juicios políticos gemelos y de las audiencias del comité en curso del 6 de enero. Defendió a sus simpatizantes que marcharon al Capitolio antes del ataque, diciendo que muchos estaban siendo procesados injustamente y "torturados y tratados tan horriblemente".
"Algo va a tener que pasar", dijo. "La gente no lo va a tomar mucho más tiempo".
Más temprano ese día, Mike Pence, el compañero de fórmula de Trump para 2020, también pronunció un discurso en Washington. Cuando se le preguntó si había una división dentro del Partido Republicano y si estaba tratando de establecer distinciones entre él y su exjefe, el exvicepresidente objetó.
"No sé si nuestro movimiento está tan dividido", dijo. "No sé si el presidente y yo diferimos en temas. Pero podemos diferir en el enfoque. Realmente creo que las elecciones son sobre el futuro. Y es absolutamente esencial en un momento en que tantos estadounidenses están sufriendo, tantos familias están luchando, que no cedamos a la tentación de mirar hacia atrás".
Pence, que tiene sus propias ambiciones para 2024, ve la continua fijación de Trump con su derrota electoral como una oportunidad.
"Concentrémonos en el futuro" es una frase que ha repetido varias veces y de múltiples maneras mientras viaja por el país, sentando las bases para una posible candidatura presidencial.
Pero si el exvicepresidente quiere la Casa Blanca en 2024, es posible que su camino tenga que pasar por su exjefe, quien una vez más insinuó el martes que su carrera en la política podría no haber terminado.
“Es posible que tengamos que hacerlo de nuevo”, dijo Trump sobre postularse para presidente. "Tenemos que enderezar nuestro país". En un momento, la multitud coreó "cuatro años más".
El expresidente les agradeció y agregó que si dejaba la política sus enemigos lo dejarían en paz.
"Pero eso no es lo que hago", dijo. "No puedo hacer eso porque amo a nuestro país, y no puedo hacer eso porque amo a la gente de nuestro país".
