“Este ha desempeñado un papel en todos los casos de extinción masiva, ha contribuido a la caída de imperios y ha dado forma a la historia. Incluso el mundo moderno parece estar adaptado a un nicho climático concreto”, afirma.
“Los caminos hacia el desastre no se limitan a los impactos directos de las altas temperaturas, como los fenómenos meteorológicos extremos. Los efectos en cadena, como las crisis financieras, los conflictos y nuevos brotes de enfermedades, podrían desencadenar otras calamidades e impedir la recuperación de posibles catástrofes, como una guerra nuclear”.
Calor extremo afectará a millones de personas
La modelización realizada por el equipo muestra que las zonas de calor extremo (una temperatura media anual de más de 29 grados) podrían alcanzar a 2 mil millones de personas en 2070; estas zonas no solo son algunas de las más densamente pobladas, sino también de las más frágiles políticamente.
“Las temperaturas medias anuales de 29 grados afectan actualmente a unos 30 millones de personas en el Sáhara y la Costa del Golfo”, detalla Chi Xu, de la Universidad de Nanjing.
“En 2070, estas temperaturas y las consecuencias sociales y políticas afectarán directamente a dos potencias nucleares y a siete laboratorios de máxima contención que albergan los patógenos más peligrosos. Hay grandes posibilidades de que se produzcan efectos colaterales desastrosos”, dice.
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El informe del IPCC del año pasado sugería que si el CO2 atmosférico se duplica con respecto a los niveles preindustriales -algo hacia lo que el planeta está a medio camino-, existe aproximadamente un 18% de posibilidades de que las temperaturas aumenten más allá de 4.5 grados.
Sin embargo, los escenarios de temperaturas extremas están “infraexplorados en relación con su probabilidad”.