Truss describió a la monarca como “la roca sobre la que se construyó la Inglaterra moderna. Este país ha florecido sobre su reinado”. Reino Unido, aseguró, es “la gran nación que es gracias a ella”.
Dijo que Isabel II convirtió a la Mancomunidad en “una familia de 56 países de todo el mundo. La reina Isabel II siempre nos dio estabilidad y fortaleza, lo que siempre necesitamos. Fue el espíritu mismo del Reino Unido. Un espíritu que perdurará”, afirmó.
Elogió la dignidad con que la monarca ejerció siempre el cargo. “Fue una mujer admirada y respetada en Reino Unido y el mundo entero”. Destacó su devoción al deber y al servicio. “Celebraremos su extraordinario reinado y servicio”.
La premier reconoció que es un día “de una gran pérdida. La reina nos deja un gran legado”. Al mismo tiempo, anunció que “hoy la corona pasará al nuevo monarca, a nuestro nuevo jefe de Estado, Carlos III. Lamentamos la pérdida de su madre”.
Truss hizo un llamado al pueblo británico para que se mantenga “solidario” con el nuevo monarca, a quien, dijo, “le debemos nuestra lealtad y devoción”.
Reino Unido, concluyó, da así inicio “a una nueva era en este país, tal como Su Majestad lo hubiera querido. Que viva el rey”.
Carlos III
El nuevo monarca Carlos III ha dedicado su vida a prepararse, no sin polémica, para reinar y ahora, tras el fallecimiento de su madre Isabel II, lo hará a una edad en que muchos de sus compatriotas llevan tiempo jubilados.
A los 73 años, el hasta ahora príncipe de Gales, ascendió al trono como el monarca británico de mayor edad, por delante de Guillermo IV, que tenía 64 años cuando se convirtió en rey en 1831.
El nuevo monarca, que ya disfrutaba de una pensión de jubilación de unas 100 libras -que donaba a una organización benéfica- y del pase de transporte público gratuito, llega al trono con la reputación de ser más políticamente entrometido que su madre, defensor de causas que van desde la agricultura orgánica a la arquitectura neoclásica, pasando por la ecología.