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Más allá de la presidencia: el bolsonarismo gana fuerza en Brasil

Los aliados del presidente Jair Bolsonaro obtuvieron resultados inesperadamente altos en las elecciones para gobernadores y el Congreso.
mié 05 octubre 2022 05:04 AM
El presidente de Brasil y candidato a la reelección saluda a sus seguidores.
Jair Bolsonaro obtuvo 1.7 millones de votos más que en la primera vuelta de 2018.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, demostró en las elecciones del domingo que su proyecto político está muy lejos de perder fuerza en la mayor economía de América Latina, sino todo lo contrario.

El bolsonarismo, el movimiento político de extrema derecha nacido hace unos años con su líder, el mandatario brasileño, está bien implanto en el país. No solo por el inesperado buen resultado de Bolsonaro en la elección presidencial, sino por el desempeño de sus aliados en las votaciones para gobernadores y legisladores.

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Estos son los hechos que muestran que el movimiento conservador en Brasil no ha perdido fuerza.

Un congreso más a la derecha

Una fuerte noche electoral para sus aliados le ha dado al partido por el que se presentó la mayor cantidad de escaños en ambas cámaras del Congreso, destacando el poder de permanencia de su movimiento conservador, incluso si el excapitán del ejército no logra la reelección.

El Partido Liberal (PL), de derecha, ganaba 99 escaños en la cámara baja de 513 miembros, desde sus anteriores 77, y los partidos de derecha aliados con Bolsonaro ahora controlan la mitad de la cámara.

La mayor sorpresa en la votación del domingo fue en el Senado, donde el partido de Bolsonaro ganaba 13 de los 27 escaños en juego, con otros dos posibles en la segunda ronda de desempate, dijo un portavoz del partido.

"Contra todo pronóstico y contra todos, este año ganamos 2 millones de votos más que en 2018", publicó Bolsonaro en las redes sociales en las primeras horas del lunes. "También fuimos elegidos para las bancadas más grandes en la Cámara Baja y el Senado, que era nuestra principal prioridad”.

Bolsonaro ayudó que resulten electos aliados en el Senado que habían quedado rezagados en las encuestas, como los exministros Damares Alves y Paulo Pontes. Alves, un aliado evangélico, derrotó al candidato al Senado del propio partido de presidente.

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También fueron elegidos otros exministros como Tereza Cristina (Agricultura), o el exastronauta Marcos Pontes (Ciencia y Tecnología). El vicepresidente saliente, Hamilton Mourao, también ganó un escaño en la cámara alta.

Igualmente, fueron elegidos exmiembros del gobierno de Bolsonaro muy polémicos, como Eduardo Pazuello, quien estuvo al frente del Ministerio de Salud durante los peores días de la pandemia, de mayo de 2020 a marzo de 2021.

Este general fue especialmente señalado por una comisión de investigación del Senado por su reacción, considerada tardía, ante la escasez de oxígeno que provocó la muerte por asfixia de decenas de infectados en enero de 2021 en Manaos.

Muy discreto durante la campaña, Pazuello se benefició del fuerte apoyo del presidente para obtener el segundo mejor puntaje en las elecciones legislativas de Rio de Janeiro.

La fuerte presencia de la derecha en las elecciones legislativas y de gobernadores, especialmente en el sureste de Brasil, más rico, hizo que Bolsonaro fuera el gran ganador de las elecciones.

También impidió que su rival presidencial de izquierda, Luis Inacio Lula da Silva, ganara directamente y consolidó una base política que puede ayudarle a gobernar si gana la segunda vuelta del 30 de octubre.

Aunque la mayoría de los analistas políticos siguen viendo al expresidente Lula como vencedor, su victoria ya no se presenta tan fácil.

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Un mejor resultado que en las elecciones de 2018

Bolsonaro obtuvo 1.7 millones de votos más que en la primera vuelta de 2018, una marca que el mandatario dijo haber logrado "contra todo y contra todos" este lunes en Twitter.

"Esta elección demuestra cuán arraigado está el movimiento conservador en Brasil. Incluso si Bolsonaro termina dejando la presidencia (perdiendo en la segunda vuelta contra Lula), el bolsonarismo se mantendrá", pronosticó en una columna en el diario Folha de S. Paulo la socióloga Angela Alonso, de la Universidad de Sao Paulo.

Las elecciones de 2018 ya habían sido marcadas por una ola ultraconservadora, atribuida principalmente al rechazo al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, manchado por escándalos de corrupción.

Aunque también a factores más coyunturales, como la circulación masiva de falsas informaciones o la cuchillada que Bolsonaro recibió durante la campaña, que disparó su popularidad.

Pero los resultados del domingo muestran que el bolsonarismo no "fue solo un rayo en el cielo azul, es decir, alguien que ganó por circunstancias de todo tipo", dijo Jairo Nicolau, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, al portal Nexojornal.

Brasil: un país conservador

Los aliados de Bolsonaro también avanzaron en la política estatal, incluyendo las carreras para gobernador.

Su exministro de Infraestructura Tarcisio Freitas, que participó en mítines en motocicleta con Bolsonaro, ganaba la mayoría de los votos para gobernador de Sao Paulo, el estado más grande de Brasil, y se enfrentará al aliado de Lula, Fernando Haddad, en una segunda vuelta el 30 de octubre.

Bolsonaro se jactó de haber contribuido a la elección de ocho gobernadores en forma directa, con la esperanza de elegir a otros ocho en la segunda vuelta.

"Esta es la mayor victoria de los patriotas en la historia de Brasil: el 60% del territorio brasileño será gobernado por quienes defienden nuestros valores y luchan por una nación más libre", publicó en Twitter.

Lula dio un giro optimista al resultado, diciendo que esperaba con interés otro mes de campaña y la oportunidad de debatir con Bolsonaro cara a cara.

Nicolau dijo a la AFP que "una pequeña parte de los brasileños es extremista, pero el bolsonarismo es sobre todo un movimiento de expresión del conservadurismo del país", en reemplazo de partidos tradicionales de centroderecha como el PSDB, del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2001).

"El PSDB era un partido de élites, con muy poca penetración en el tejido social. Ahí es donde Bolsonaro marca la diferencia: es un verdadero líder popular, como hace tiempo no tiene la derecha brasileña", agrega Mayra Goulart, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Rio de Janeiro.

El bolsonarismo está particularmente arraigado en el electorado evangélico, sensible a su discurso ultraconservador y su lema de campaña "Dios, patria y familia”.

Con información de AFP y Reuters

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