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Joe Biden contra Donald Trump: un duelo que se repite en las elecciones de EU

El presidente de Estados Unidos y su antecesor no se juegan un puesto de elección popular, pero eso no ha impedido que hagan campaña por los demócratas y republicanos respectivamente.
mié 02 noviembre 2022 07:16 AM
El presidente de Estados Unidos Joe Biden habla acerca en una visita a Florida.
Biden no se ha aventurado a hacer campaña en estados reñidos como Arizona.

Joe Biden y Donald Trump vuelven a enfrentarse dos años después de las elecciones presidenciales de 2020. A diferencia de lo que pasó en los comicios en los que ganó el político demócrata, ninguno de los dos aparece en las boletas, pero eso no impide que ambos hayan salido a hacer campaña por sus respectivos partidos.

Sin embargo, los dos políticos han seguido estrategias muy distintas para sus apariciones. Mientras que Trump ha sido el protagonista de muchos de los mitines, Biden ha escogido ir a unos pocos encuentros en los estados claves de la elección.

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Aunque se desplaza regularmente para levantar fondos para los demócratas, el presidente de 79 años, impopular, no se ha aventurado a hacer campaña en estados reñidos como Arizona.

"Biden no goza de una gran popularidad por el desgaste natural de gobierno”, explica Rodrigo Aguilar Benignos, analista y miembro del consejo de relaciones exteriores de Estados Unidos en entrevista telefónica con Expansión.

“En el Senado los demócratas solo tienen dos votos de ventaja, eso le da márgenes muy estrechos en los votos, entonces se complica la toma de decisiones, hay mucho desgaste en la agenda que ha impulsado” el presidente Biden, indica.

Las elecciones intermedias, que se celebran cada dos años justo en la mitad del mandato presidencial, suelen ser desfavorables para el partido en el poder.

Y no parece que los comicios del 8 de noviembre, en los que se renueva la Cámara de Representantes, más de un tercio del Senado y una treintena de gobernadores, vayan a ser una excepción.

Las encuestas consideran probable que una "ola roja" republicana deje al partido de Biden sin su escasa mayoría en la Cámara de Representantes de 435 escaños. Es más incierto lo que podría suceder en el Senado, que renueva un tercio de sus 100 miembros.

"No es un referéndum. Es una elección. Una elección entre dos visiones muy diferentes del país. De eso se trata", dijo el presidente demócrata el sábado, después de emitir su voto de manera anticipada.

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Según los expertos del boletín electoral Larry Sabato's Crystal Ball, de la Universidad de Virginia, el partido del presidente parecía estar volviendo a la realidad después de grandes esperanzas de éxito.

"Los vientos en contra habituales a mitad de mandato continúan para los demócratas. Es difícil que un partido prospere con un presidente impopular y con el público preocupado por temas como la economía y la inflación", dijeron el miércoles.

La estrategia de Biden: un referendo contra Trump

Las elecciones intermedias son muchas veces usadas como una evaluación al presidente de turno en Estados Unidos, pero Biden ha buscado que estos comicios sean vistos como un referéndum sobre Donal Trump y sus “ideas extremistas”.

El demócrata, que cumplirá 80 años este mes, a menudo repite la siguiente frase: ”No me comparen con Dios todopoderoso, compárenme con la alternativa". Una forma sutil de decir que sus defectos no son nada en relación con los de su principal contrincante, el exmandatario Donald Trump.

En uno de sus primeros actos de camapaña en Filadelfia, celebrado el 1 de septiembre, Biden arremetió contra su antecesor y los republicanos “extremistas” donde calificó a los seguidores del MAGA (Make America Great Again, el lema de Trump) como enemigos de la democracia.

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Con una virulencia poco habitual, el presidente proclamó: "Donald Trump y los republicanos MAGA representan un extremismo que amenaza los cimientos mismos de nuestra República". Los representantes de la derecha radical "se alimentan del caos. No viven a la luz de la verdad, sino a la sombra de la mentira”.

Sin embargo, el presidente ha sido cuidadoso al asegurar que no se refiere a todos los votantes de Trump, más de 74 millones de personas en 2021. "No veo a todos los partidarios de Trump como una amenaza para la democracia", dijo a un grupo de periodistas en la Casa Blanca.

"La gente que votó por Donald Trump y lo apoya hoy, no votó para atacar el Capitolio, no votó para revocar las elecciones", agregó.

Para la politóloga de la Universidad de Brown Wendy Schiller-Kalunian, la estrategia de los demócratas no está exenta de riesgos.

"Los grupos clave de esta elección son los simpatizantes republicanos de los suburbios residenciales y los votantes independientes" que se inclinan más a la derecha, dijo. "Si Biden hace que todo gire en torno a Trump (...) puede salir mal y animar a este electorado a votar" republicano, agregó Schiller-Kalunian, profesora de asuntos públicos e internacionales.

Samuel Goldman, profesor de ciencias políticas en la Universidad George Washington, estima que "los votantes indecisos deciden sobre temas concretos como la economía" y que la prioridad de Biden es más bien "galvanizar a los simpatizantes demócratas”.

En definitiva, enfrenta al mismo dilema que todos los presidentes estadounidenses: ser a la vez jefe de Estado y líder de un partido.

"Debido a la polarización ideológica, la fragmentación de los medios y la caída de la confianza en las instituciones, cada vez es más difícil jugar ambos roles al mismo tiempo", analizó el politólogo.

Trump con su futuro político en juego

A sus 76 años, Donald Trump podría haber optado por escribir otro libro de memorias o dedicarse a su deporte favorito, el golf. Pero después de perder las presidenciales de 2020, prefirió hacer campaña para las elecciones de medio mandato y poner a prueba su influencia.

El republicano ha apoyado a antiabortistas, defensores de la teoría de que le robaron las elecciones presidenciales e incluso recién llegados a la política.

Pero estos polémicos candidatos al Senado afrontan dificultades y muchos republicanos apuntan el dedo acusador hacia el expresidente.

"Donald Trump no está en ninguna boleta electoral en 2022, pero su futuro político sí", escribió en un blog John Hudack, del centro de estudios Brookings Institution.

El plan de Trump para remodelar el Partido Republicano a su imagen a través de estos comicios "lo convertirá en un perdedor o en el líder de la política partidista en los próximos años", considera Hudack.

Se considera que varios de los candidatos apoyados por Trump para las primarias socavan las alternativas convencionales con más chance de ganar y desperdician potencialmente victorias fáciles en campos de batalla clave contra los demócratas.

Entre sus elecciones controvertidas figuran Mehmet Oz, un famoso médico de Pensilvania, y J.D. Vance en Ohio, un inversionista de riesgo que ha pasado la mayor parte de su vida adulta en Silicon Valley. Ambos son señalados como de no tener contacto con la realidad y son propensos a los desatinos retóricos.

En Georgia, apoya a la ex estrella del fútbol americano Herschel Walker, acusado de violencia doméstica.

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien necesita solo un escaño para arrebatarle la cámara alta a los demócratas, ha insinuado que considera problemática la "calidad de los candidatos".

Si "los candidatos al Senado como Walker, Oz, Vance (...) acaban perdiendo" y los demócratas siguen teniendo la mayoría en el Senado, "se culpará en gran medida a Trump", zanja Hudack.

Para David Greenberg, profesor en la Universidad de Rutgers, el expresidente tiene "poco que ganar" con las elecciones de medio término.

Pero "tiene mucho que perder porque si sus candidatos fracasan, se verá que ha perdido su magia", dijo Greenberg a la AFP.

"Algunos votantes de las primarias en 2024 podrían pensárselo dos veces antes de respaldarlo nuevamente, especialmente si se presenta una alternativa popular como Ron DeSantis”, el gobernador de Florida.

Pero nada está decidido y no se descarta que los candidatos de Trump se impongan en las urnas.

En cualquier caso los analistas señalan que gran parte de la base del expresidente presta poca atención al Senado y a los cálculos políticos de Washington.

"A pesar de perder la reelección, dos juicios políticos, casi una docena de investigaciones penales graves e innumerables escándalos que habrían hundido hace mucho tiempo a la mayoría de los otros políticos, Trump sigue siendo el líder indiscutible del Partido Republicano", afirma el politólogo Nicholas Creel.

"El apoyo a Trump dentro del Partido Republicano es demasiado resistente para verse dañado por un mal resultado" en noviembre, señala.

Con información de AFP

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