Miguel Tinker Salas, profesor de Historia y Estudios Latinos en Pomona College, dijo a la agencia EFE que los legisladores demócratas “no quisieron invertir su capital político” para lograr la reforma en el año de elecciones de medio término.
“Es un juego político en el que se ha utilizado nuevamente a los inmigrantes”, valoró el catedrático con la agencia.
La última en intentar favorecer a los “soñadores” fue la senadora por Arizona Kyrsten Sinema, que junto al republicano Thom Tillis, trabajó en un borrador para alcanzar un acuerdo que permita el avance de su tramitación parlamentaria.
Sinema, que fue electa como parte del Partido Demócrata, se declaró como independiente justo cuando trabajaba en el proyecto la última semana de noviembre.
La iniciativa daba la residencia permanente a los soñadores y dejaba en pie el Título 42, entre otras medidas para detener el flujo de migrantes, que ha visto un aumento y ha servido para que los republicanos mantengan una avalancha de críticas al gobierno de Biden.
Un congreso más femenino
Pero el cambio en este nuevo ciclo no será solo de color político. El nuevo Congreso contará con un récord de 149 mujeres (106 demócratas, 42 republicanas y una independiente), 124 de ellas en la Cámara de Representantes.
Las mujeres ostentarán el 28.5% de los escaños en ese hemiciclo y el 25% de los del Senado y para el Centro para la Mujer y la Política Estadounidenses (CAWP) serán el grupo más diverso hasta ahora a nivel racial y étnico, con nuevos récords de representación entre las mujeres latinas o hispanas (19) y negras (27).