"Sabemos que el azote de la violencia armada en Estados Unidos exige medidas más contundentes. Una vez más, insto a ambas cámaras del Congreso a que actúen con rapidez (...) y tomen medidas para mantener seguras las comunidades, escuelas, lugares de trabajo y hogares estadounidenses", dijo Biden en un comunicado.
En menos de 48 horas dos tiroteos dejaron al menos 18 muertos en California. El sábado fue en un salón de baile en los suburbios de Los Ángeles y el lunes en una granja cerca de San Francisco. Ambos tuvieron el común el origen asiático de la mayoría de las víctimas y los dos autores.
La ley que prohíbe los fusiles de asalto expiró en 2004 y el Congreso no la ha renovado por falta de acuerdo bipartito, a pesar de que el país ha sufrido repetidos tiroteos masivos.
Muchos republicanos se oponen a la prohibición alegando el derecho constitucional a la posesión de armas.
Al visitar Monterey Park el lunes, el gobernador de California, Gavin Newsom, criticó la proliferación incontrolable de armas de fuego en Estados Unidos.
"Es una vergüenza", criticó el demócrata. "Deberíamos hacerlo mejor que esto, deberíamos liderar el mundo, no solo responder a estas innumerables crisis y decir, una y otra vez, esas malditas oraciones y condolencias".
"Estoy en el hospital reuniéndome con las víctimas de un tiroteo masivo cuando me apartan para informarme de otro tiroteo. Esta vez en Half Moon Bay. Tragedia tras tragedia", se lamentó Newsom en Twitter.