Hay "más gente" en la calle, dijo Laurent Berger, líder del principal sindicato, CFDT, al inicio de la marcha en París. La central CGT anunció medio millón de manifestantes en la capital. Doce días atrás, cifró 400,000 (80,000, según el gobierno).
La policía proyecta 1.2 millones de manifestantes como máximo en Francia. A la espera de los datos de París, las primeras cifras oficiales apuntan a una participación ligeramente al alza: 40,000 en Marsella, 28,000 en Nantes, 23,000 en Rennes, etc.
En cambio, los trabajadores públicos en huelga fueron menos en la educación —uno de cada cuatro docentes, según el gobierno; el doble para los sindicatos—, así como en la empresa de ferrocarriles SNCF (36,5%), según una fuente sindical.
La punta de lanza vino en esta ocasión del sector energético. Las centrales nucleares registraron una caída de producción de unos 3,000 MWh, según la empresa EDF. Y entre un 75% y un 100% del personal de las refinerías y de los depósitos de TotalEnergies se unieron al paro, según la CGT.
TotalEnergies declaró que el 55% de los trabajadores de los turnos de mañana de sus refinerías dejó las herramientas, una cifra inferior a la del 19 de enero.
Los sondeos muestran que una mayoría sustancial de los franceses se opone a la reforma, pero Macron pretende mantenerse firme. La reforma es "vital" para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones, dijo el lunes.