¿Cómo Médicos sin Fronteras en Perú pasó de atender migrantes a manifestantes?

Estas son las actividades que la organización de origen francés ha llevado a cabo en Perú desde su llegada en abril de 2021.

El covid-19: una prueba para la sanidad peruana

Perú fue uno de los países más afectados por la pandemia de covid-19. En mayo de 2021, esta nación andina tenía la tasa de mortalidad per capita más alta del mundo, con alrededor de 500 muertes relacionadas con el covid-19 por cada 100,000 habitantes.

Los casos aumentaron especialmente desde un mes antes, en abril de 2021, lo que sobrecargó el sistema de sanidad peruana.

“Entonces, el primer equipo que llegó durante la pandemia del covid, para apoyar al Ministerio de Salud a vacunar y aumentar la capacidad de algunos hospitales en región, como en Cusco, en Arequipa, en Huancho, y aumentar la capacidad para atender a los pacientes que necesitaban oxigenoterapia”, explica Heureux.

La organización brindó capacitación al personal de salud de Cuzco, una de las ciudades más importantes del país, en el uso de la terapia con oxígeno no invasiva, una alternativa a la intención que permite que el paciente siga consciente.

Cuando los casos de covid-19 disminuyeron, las actividades fueron transferidas al Ministerio de Salud de Perú.

Entonces concretaron sus actividades en la vacunación en Arequipa —la segunda ciudad más importante de Perú, Cuzco y Tumbes, en la frontera norte del país.

Al igual que en otras regiones del mundo, el avance de la vacunación permitió que el número de contagios y muertes por covid-19 diminuyera en Perú, por lo que la pandemia dejó de ser la única prioridad de los equipos sanitarios.

“Después, cuando la pandemia, los casos empezaron a bajar, Médicos Sin Fronteras hizo una evaluación para ver si había otras necesidades medico-humanitarias. Esa evaluación reveló que había muchas brechas en la atención a los migrantes venezolanos”, explicó el jefe de la misión.

Millones de personas han abandonado Venezuela desde 2015. Este éxodo se ha convertido en el principal flujo migratorio. Y aunque muchos venezolanos van hacia el norte camino a Estados Unidos o México, la gran mayoría de estos han partido hacia países sudamericanos.

En Perú viven casi 1.3 millones de migrantes procedentes de Venezuela, lo que lo convierte en el segundo destino de esta diáspora, solo detrás de Colombia, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“Nosotros tenemos hoy dos puntos de atención en la frontera norte, en Tumbes, donde la prestación que estamos haciendo a los migrantes de salud primaria es vacunación, también anticovid, y vacunación con el esquema nacional para los niños menores de 5 años”, explicó.

Además, se brinda un servicio de trabajo social para los niños de 5 años o menos y las mujeres embarazadas para que puedan acceder al sistema integrado de salud.

Heureux señala que atienden a 350 personas al día.

Además de los centros de atención en Tumbes, desde diciembre de 2021, MSF también cuenta con una clínica intinerante en Lima, pues casi el 60% de los migrantes venezolanos que entran a Perú tienen como destino final la capital.

El conflicto social, un nuevo reto de atención

Perú ha sufrido de una enorme inestabilidad política en la última década. Solo desde 2021, este país ha tenido cinco presidentes, de los cuales, tres han sido destituidos por el Congreso debido a su “incapacidad moral”.

El 7 de diciembre de 2022, el entonces presidente Pedro Castillo, en un intento por evitar su destitución, ordenó la disolución del Parlamento y la instauración de un Estado de emergencia. Este movimiento fue calificado como un intento de golpe de Estado por sus colaboradores, por lo que ese día fue destituido del cargo y detenido por el cargo de “rebelión”.

Fue sustituido por su vicepresidenta, dina Boluarte.

Desde entonces, fuertes protestas han estallado en todo el país, pero se han concentrado principalmente en el sur. Los manifestantes exigen la renuncia de Boluarte, el adelanto de las elecciones —programadas para 2024— y la escritura de una nueva Constitución.

Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía han provocado por lo menos 48 muertes.

Varios organismos, incluida la Organización de Estados Americanos (OEA), han llamado la atención sobre el uso excesivo de la fuerza pública para controlar las protestas.

Ante este panorama, en coordinación con el Comité Nacional de Derechos Humanos, MSF evaluó las brechas que podría cubrir y acordó actuar como un grupo de avanzada para dar atención a los heridos en las manifestaciones en Lima.

“¿Por qué? Porque sí hay muchas asociaciones de brigadistas que atienden con primeros auxilios, pero en caso de un paciente que necesita más, entonces los hospitales están un poco alejados. Entonces, en este caso necesitaba un punto médico de avanzada para estabilizar, evaluar, estabilizar el paciente, y después, con el apoyo de los bomberos o del Ministerio de Salud, hacer la referencia a una estructura de salud del nivel que se amerita para atender al paciente”, indica el jefe de la misión de MSF en Perú.

El primer punto médico de avanzada comenzó a operar el 19 de enero de este año, el día que las protestas llegaron a la capital peruana.

“Este punto está posicionado donde puede ocurrir enfrentamiento que genera heridos, y heridos de ambas partes, porque también hemos atendido hasta la fecha 140 personas y hemos atendido tres policías, porque eso también, en nuestra filosofía, nosotros atendemos a todos”, dijo el médico.

Han atendido principalmente a pacientes heridos con perdigones, con lesiones en la cabeza e intoxicados por el gas lacrimógeno, además de brindar atención a personas con ataques de pánico y ansiedad.