"La cuestión de clase juega un papel importante en este caso. La mayoría de los rubgiers son de familias ricas de pueblo", en este caso de Zárate, 90 km al norte de la capital, dijo el sociólogo Guillermo Levy, profesor en las universidades de Buenos Aires y Avellaneda, a la agencia AFP.
Salvo la inflación desbordada (95% en 2022), no se habla de otra cosa en el país sudamericano.
"Es verdad que es un cóctel de violencia, racismo, machismo Y alcohol, etc. Pero voy a agregar el componente de la formación del rugby", dijo Facundo Sassone, sociólogo y entrenador de juveniles de rugby en el club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó.
Pero Levy formuló una advertencia: "El linchamiento mediático (y de la opinión pública) contra estos pibes, que claramente tienen que ser condenados, no sirve para que seamos mejores. Esta violencia no nació en enero de 2020, está construida socialmente".
¿Quién era Fernando Báez Sosa?
Báez Sosa era hijo de una cuidadora de ancianos y un albañil, Silvino Báez y Graciela Sosa, ambos inmigrantes paraguayos, que lo recuerdan como un hijo que los hacía sentir orgullosos. Tenía 18 años cuando fue asesinado.
Había iniciado la carrera de abogacía en la Universidad de Buenos Buenos Aires, luego de graduarse en un colegio parroquial católico y realizar obras de caridad.
"Fer era muy travieso, solidario y cariñoso. Era muy tímido pero igual tenía muchos amigos. Me hacía sentir orgullosa cuando iba al colegio y alguna madre me decía lo buena persona y educado que él era", dijo la madre del joven, en declaraciones a la agencia Télam en octubre de 2020.