Tras los enfrentamientos que se produjeron, el presidente israelí, Isaac Herzog, hizo un llamado "a detener inmediatamente el proceso legislativo”.
El lunes, una multitud —unos 100,000 manifestantes, según la prensa local— volvió a salir a la calle en Jerusalén para protestar contra la reforma. Por la noche, una contramanifestación, con miles de participantes según un periodista de la AFP, tuvo lugar no muy lejos de la primera.
También hubo movilizaciones contra la reforma en Tel Aviv y Haifa (norte).
"Pedimos al gobierno que detenga esta reforma de locos", dijo a la AFP Keren Mimran, una manifestante de 57 años que trabaja en el sector de la alta tecnología.
“El gobierno ha llevado a Israel al borde de la destrucción y todavía amenazan con desmantelar la democracia. Un congelamiento temporal no es suficiente y las protestas nacionales continuarán intensificándose hasta que la ley sea rechazada por completo en la Knéset", declaró el Movimiento Paraguas contra la Dictadura, que aglutina a varios grupos civiles.
Además, los trabajadores del aeropuerto internacional de Ben Gurion lograron que se suspendieran durante varias horas los despegues de vuelos, y también se ha frenado el tráfico en el puerto de Ashod; mientras los manifestantes volvieron a las calles.
Este lunes, la comisión parlamentaria de leyes votó en favor de uno de los elementos clave de la reforma: el proyecto de ley por el que se modifica el proceso de nombramiento de los jueces.
La reforma promovida por el gobierno de Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia de Israel, busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el rol de la Corte Suprema.
Con información de AFP y EFE