"Estamos confiados en que contamos con suficientes recursos y capacidades en la región para garantizar la paz y la estabilidad y cumplir con nuestros compromisos de seguridad nacional", dijo el portavoz, y agregó que Estados Unidos estaba "supervisando de cerca las acciones de Beijing".
Estados Unidos ha sido ambiguo sobre si defendería militarmente a Taiwán, aunque durante décadas ha vendido armas a Taipéi para ayudar a garantizar su autodefensa.
Washington asumió compromisos para defender a los aliados cercanos en la región, en particular Japón, cuyas aguas se vieron afectadas cuando China realizó por última vez ejercicios militares alrededor de Taiwán en agosto.
China anunció los ejercicios militares como una "advertencia severa" a Taiwán, cuya presidenta, Tsai Ing-wen, se reunió el miércoles con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, en California.
Funcionarios estadounidenses describieron la visita de Tsai como un "tránsito" de rutina en su camino hacia y desde América Latina. La presidenta estadounidense estuvo anteriormente en Guatemala y Belice.
"No hay razón para que Pekín convierta este tránsito, consistente con la práctica y la política de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, en algo que no es o que lo use como pretexto para reaccionar de forma exagerada", dijo el sábado el portavoz del Departamento de Estado.
McCarthy defendió su opción de reunirse con Tsai Ing-wen: "Soy el presidente de la cámara. No hay ningún lugar en el que China me diga dónde puedo ir o con quién puedo hablar", escribió en Twitter.