Pese a la inmediata condena internacional por parte de la Unión Europea (UE) y de la OTAN de la destrucción "por parte de Rusia" de esta infraestructura civil, algunos medios occidentales han comenzado a advertir de que imágenes de satélite tomadas entre el 28 de mayo y el 5 de junio muestran que la presa sufrió daños en los días previos.
La UE está dispuesta a suministrar la asistencia y ayuda humanitaria necesarias para atenuar las consecuencias de esta catástrofe provocada por Rusia", indicó Dmytro Kuleba en Twitter.
Riesgo nuclear mínimo
La destrucción parcial de la represa hace temer consecuencias para la central nuclear de Zaporiyia, ubicada a 150 km río arriba, porque garantiza su enfriamiento.
Sin embargo, "no hay peligro nuclear inmediato", subrayó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y agregó que sus expertos en las instalaciones están monitoreando la situación.
Al igual que la represa, la central eléctrica está ubicada en un área ocupada por las fuerzas rusas desde la invasión que lanzaron en febrero de 2022.
El director de la central, Yuri Chernichuk, nombrado por los ocupantes rusos, afirmó que "en la actualidad no hay amenazas" sobre la seguridad de la instalación.
En la ciudad de Jersón, los habitantes temen las consecuencias.
"La inundación está justo ahí, frente a nuestros ojos. Nadie sabe lo que puede pasar de ahora en adelante. Un buen ruso es un ruso muerto, no puedo decir nada más", dice Viktor, un residente, a la AFP.
Además de las consecuencias humanas del desastre, Ucrania está preocupada por las consecuencias ecológicas y agrícolas.
Según la presidencia ucraniana, al menos 150 toneladas de aceite de motor fueron vertidas en el río Dniéper y existe el riesgo de fugas de otras 300 toneladas.
La destrucción parcial de la represa es "el mayor desastre ambiental provocado por el hombre en Europa durante décadas", dijo Zelenski, acusando a Rusia de ser culpable "de un ecocidio brutal".
Con información de AFP y EFE