Las búsquedas del ROV "han arrojado resultados negativos pero continúan", añadió la división marítima militar.
Citando un documento interno del gobierno estadounidense, CNN informó que "se han escuchado señales acústicas adicionales que ayudarán a dirigir los recursos de superficie mientras se mantiene la esperanza de encontrar sobrevivientes".
A bordo del Titán viajan el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation, el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman, el buceador francés Paul-Henri Nargeolet y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible.
El costo de la excursión es de 250,000 dólares por pasajero.
Barcos y aviones se dirigen al lugar para reforzar el vasto operativo de búsqueda que desplegaron los guardacostas estadounidenses y canadienses en la zona.
El Pentágono anunció el envío de un tercer avión C-130 y tres C-17, mientras que un robot submarino enviado por el Instituto Oceanográfico francés se incorporará a la búsqueda este miércoles.
Operación compleja
"Se trata de una búsqueda muy compleja y el equipo unificado está trabajando sin descanso para poner en marcha lo antes posible todos los recursos y conocimientos disponibles", declaró a la prensa el capitán de los guardacostas estadounidenses, Jamie Frederick.
Los rescatistas estiman ahora que a los pasajeros ahora les queda menos de un día de oxígeno, puesto que el sumergible puede contener hasta 96 horas de aire de emergencia.
El exdirector de operaciones marinas de OceanGate Expeditions David Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad del Titán, mencionó en una demanda judicial el "diseño experimental y no probado" del sumergible.
En un mensaje publicado en su cuenta de Instagram antes de emprender el viaje, Harding, de 58 años, dijo que estaba orgulloso de participar en esta expedición.
"Debido al peor invierno en Terranova en 40 años, es probable que esta misión sea la primera y única tripulada al Titanic en 2023", escribió.
Mike Reiss, guionista de televisión estadounidense que visitó los vestigios del Titanic en 2022, declaró a la BBC que la experiencia fue desorientadora.
"La brújula dejó de funcionar inmediatamente y empezó a dar vueltas, así que tuvimos que dar vueltas a ciegas en el fondo del océano", explicó.