Victor Jara, un cantautor chileno cercano al gobierno de Salvador Allende, estaba en Isla Negra, un destino de playa a 100 kilómetros de Santiago, un mes antes del golpe de Estado que cambiaría la historia de este país sudamericano. Ahí compuso y grabó una de sus canciones más emblemáticas, “Manifiesto”, de acuerdo con la biografía La vida es eterna, del historiador español Mario Amorós.
“Mi canto es de los andamios / para alcanzar las estrellas / que el canto tiene sentido cuando palpita en las venas / del que morirá cantando / las verdades verdaderas”, dice Jara en una letra que parece premonición. Unas semanas después de grabar la pieza, su cercanía el gobierno de la Unidad Popular, como se conoció al mandato de Allende, le costó la vida.