El viernes, tras una reunión de alto nivel entre funcionarios estadounidenses y surcoreanos sobre el uso de armas militares estratégicas estadounidenses para disuadir la amenaza militar de Corea del Norte, Estados Unidos advirtió de que cualquier ataque nuclear supondría el fin del régimen.
Condena internacional
Al término de una reunión de urgencia del consejo nacional de seguridad, Seúl "condenó con firmeza" a su vecino del Norte, y estimó que suponía "una amenaza grave para la paz y la seguridad de la península coreana y de la comunidad internacional”.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, ordenó una respuesta "inmediata y absoluta" a cualquier provocación de Pyongyang, y actuar conjuntamente con Estados Unidos y Japón.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, describió el lanzamiento como una "amenaza a la paz y la estabilidad", y dijo que violaba las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado numerosas resoluciones en las que pide a Corea del Norte que detenga su programa nuclear y de misiles balísticos desde que realizó su primer ensayo nuclear en 2006.
Asimismo, el Departamento de Estado estadounidense condenó el lanzamiento de prueba.
China, aliado de Corea del Norte, no comunicó sobre el incidente, pero sí emitió una declaración asegurando su apoyo a Pyongyang.
"Ante la turbulenta situación internacional, China y la RPDC siempre se han apoyado firmemente y han confiado la una en la otra", dijo el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, usando el acrónimo oficial de Corea del Norte.
Corea del Norte ya había efectuado este año cuatro pruebas con ICBM. La última vez, en julio, lanzó un Hwasong-18, de combustible sólido.
El portavoz del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur declaró que estaban analizando si el lanzamiento del lunes se trataba de un ICBM con este tipo de combustible.
Con información de AFP y Reuters