Tres días después de asumir el poder, Milei, un economista de 53 años que durante la campaña blandía una motosierra para simbolizar su idea de recortar el gasto público, inició el tratamiento de "shock" que cree que sacará a Argentina de la crisis.
Propone realizar un ajuste fiscal equivalente a 5% del Producto Interno Bruto. El gobierno no oculta el hecho de que el país estará peor antes de ver una mejoría.
"A este gobierno no le han dejado un paciente con un dolor de muelas, hemos encontrado un paciente en terapia intensiva a punto de morirse. No estamos dispuestos a que se muera", dijo este miércoles el portavoz del gobierno, Manuel Adorni.
Los cortes van desde una devaluación de 50% del peso hasta un recorte de los generosos subsidios al transporte, energía y al combustible, y la suspensión de la obra pública.
El objetivo es recortar unos 25,000 millones de dólares de gasto público, 5% del PIB del país, en un intento por revertir un déficit fiscal crónico en la tercera economía más grande de América Latina.
Milei advirtió contra los piquetes y manifestaciones, parte del ADN de Argentina con fuertes movimientos sindicales y sociales. "El que corta no cobra" ayudas sociales, dijo cuando asumió el poder.
"Se va a actuar hasta dejar totalmente liberado el espacio de circulación", añadió Bullrich y anunció "sanciones a aquellos que lleven niños" a marchas, que según el gobierno son usados como "escudos" contra la fuerza pública.