Las alarmas sobre su paradero desconocido saltaron el domingo, cuando uniformados en un operativo notaron su ausencia. Atrás había dejado una prisión adornada con imágenes que exaltan su propia figura, las armas, los dólares y los leones.
La fuerza pública activó un plan para dar con el jefe de una banda narcodelictiva que surgió en la década de los años 90 en la costera provincia de Manabí (suroeste), estratégica para el tráfico de droga hacia Estados Unidos y Europa.
El gobierno cree que pudo haber escapado "horas antes" de la intervención policial en la cárcel Regional de Guayaquil (suroeste), donde era considerado el mandamás.
Videos dan cuenta de las celebraciones que tenía dentro de la cárcel con músicos y pirotecnia. Incluso llegó a grabar en un patio un videoclip de un narcocorrido en su honor, interpretado por un mariachi y su hija, que se presenta como Queen Michelle.
En la grabación aparece saludando, riendo y acariciando un gallo de pelea.
Fito ejercía "un control interno importante del centro penitenciario", señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en un reporte de 2022 realizado tras un encuentro con el capo.
El organismo agregó que Macías y Junior Roldán, otro cabecilla de Los Choneros asesinado el año pasado en Colombia, tenían "un trato diferenciado y preferente por las autoridades" carcelarias.
Ascenso y fragmentación
En el mundo de Fito se aplica el dicho: a rey muerto, rey puesto. Su ascenso hasta lo más alto de la banda, integrada por unas 8.000 personas, se dio por las sucesivas muertes de sus antecesores.
Asumió el mando de la organización en 2020, tras los fallecimientos de sus amigos Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, y Junior Roldán, JR.