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El Ramadán inicia sin una tregua en la guerra entre Israel y Hamás

Las negociaciones para alcanzar un cese al fuego durante el mes sagrado para los musulmanes fracasan, mientras continuan los bombardeos en Gaza y más de 100 rehenes israelís siguen cautivos.
lun 11 marzo 2024 04:35 PM
Los fieles musulmanes participan en las oraciones nocturnas de "Tarawih" durante el mes sagrado musulmán de Ramadán, en el complejo de Al-Aqsa, conocido por los judíos como el Monte del Templo, en el casco antiguo de Jerusalén, el 10 de marzo de 2024.
Algunos fieles pudieron entrar a la mezquita porque estaban con sus padres o ubicados en lugares donde la policía retiró las barreras debido a la presión de la multitud en las entradas, dejando que todos entraran sin ser controlados por esos puntos.

La guerra en Gaza entre Israel y Hamás no muestra signos de amainar este lunes en el inicio del Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes, en plena movilización internacional para enviar ayuda humanitaria a una población al borde de la hambruna.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a "silenciar las armas" en Gaza y a liberar a los rehenes cautivos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre "para honrar el espíritu del Ramadán”.

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Israel volvió a bombardear varios puntos del territorio palestino, según las autoridades del movimiento islamista palestino Hamás, en particular Ciudad de Gaza, en el norte, Jan Yunis y Rafah, en el sur.

"El inicio del Ramadán está cubierto de oscuridad, con sabor a sangre y hedor por todas partes", dijo a AFP Awni al Kayyal, un desplazado de 50 años en Rafah.

"Me desperté en mi tienda de campaña y lloré por nuestra suerte. De repente, oí explosiones y bombardeos. Vi ambulancias que se llevaban a los muertos y heridos", relató, añadiendo que su familia "no tendrá comida en la mesa" tras la ruptura del ayuno el lunes por la noche.

Negociaciones detenidas

Hasta un día antes del inicio del Ramadán se llevaron a cabo negociaciones con Estados Unidos, Egipto y Qatar como mediadores, para poder llegar a una tregua, pero tanto Israel como Hamás pusieron condiciones que la otra parte rechazo o consideró imposible.

Hamás exige un alto el fuego definitivo y la retirada de las tropas israelíes antes de cualquier acuerdo sobre la liberación de los rehenes retenidos en Gaza.

Israel exige que el movimiento islamista proporcione una lista de los rehenes que aún están vivos, pero Hamás declaró que no sabe quiénes entre ellos están "vivos o muertos".

Al menos 130 personas secuestradas por Hamás el 7 de octubre siguen cautivas en Gaza, de las que 31 habrían fallecido, de acuerdo con las autoridades israelíes.

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El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, culpó el domingo a Israel de paralizar las conversaciones de alto el fuego y de rechazar la exigencia de Hamás de poner fin a la guerra en Gaza, pero afirmó que el grupo seguía buscando una solución negociada.

Haniyeh dijo que Israel aún no se había comprometido a poner fin a su ofensiva militar, retirar sus fuerzas y permitir a los palestinos desplazados regresar a sus hogares en toda la Franja de Gaza.

"No queremos un acuerdo que no ponga fin a la guerra en Gaza", dijo Haniyeh en un discurso televisado, un día antes de que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán.

"El enemigo sigue negándose a ofrecer garantías y compromisos claros sobre la cuestión del alto el fuego y el fin de la guerra agresiva contra nuestro pueblo", añadió.

Haniyeh dijo que su grupo estaba decidido a defender a su pueblo y, al mismo tiempo, buscar una solución negociada.

"Hoy, si recibimos una posición clara de los mediadores, estamos dispuestos a proceder a completar el acuerdo y a mostrar flexibilidad en la cuestión del intercambio de prisioneros", dijo Haniyeh.

Hamás lanzó un ataque contra Israel en el que mató a 1,200 personas y secuestró a 253 el 7 de octubre, según los recuentos israelíes.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva terrestre y bombardeos aéreos sobre la densamente poblada Franja de Gaza con los que, hasta el domingo, había matado al menos a 31,045 palestinos y herido a 72,654, según el Ministerio de Sanidad del enclave gobernado por Hamás.

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Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido, entre otros, consideran a Hamás un grupo terrorista.

Temen brotes de violencia

El clima generado por la guerra en Gaza hace temer brotes de violencia en Jerusalén Este, donde se encuentra la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, donde decenas de miles de musulmanes se reúnen cada tarde durante el Ramadán.

Los agentes de policía de Israel impidieron el domingo a cientos de jóvenes palestinos entrar en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén para la primera oración del feriado del Ramadán, pese a las promesas del primer ministro Benjamín Netanyahu de que no habría restricciones.

En varios puntos de la explanada se produjeron enfrentamientos entre decenas de personas en la entrada y los agentes de policía utilizaron bates contra la multitud.

Sin embargo, algunos fieles pudieron entrar a la mezquita porque estaban con sus padres o ubicados en lugares donde la policía retiró las barreras debido a la presión de la multitud en las entradas, dejando que todos entraran sin ser controlados por esos puntos.

La policía emitió docenas de órdenes de alejamiento contra activistas y periodistas palestinos en los últimos días, prohibiéndoles la entrada al complejo del Monte del Templo, nombre que los judíos le dan al espacio.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró el lunes que Israel respetará la libertad de culto en la mezquita de Al Aqsa y otros lugares sagrados, pero también advirtió que Israel está "dispuesto" a responder a cualquier exceso.

"El mes del Ramadán puede ser también un mes de yihad, y les decimos a todos: no nos busquen. Estamos listos, no se equivoquen", advirtió Gallant.

Se espera que decenas de miles asistan a las oraciones en la mezquita de Al Aqsa el viernes.

En Washington, el presidente Joe Biden, que alzó el tono en los últimos días con Israel, dijo que el Ramadán "llega en un momento de inmenso dolor”.

"Cuando los musulmanes se reúnan en todo el mundo los próximos días y semanas a romper el ayuno, muchos tendrán muy presente el sufrimiento del pueblo palestino. Yo también lo tengo presente", afirmó.

Ayuda humanitaria

Para intentar paliar la crisis humanitaria en Gaza, un primer barco fletado por la ONG española Open Arms y cargado con 200 toneladas de víveres, está listo para zarpar de Chipre hacia Gaza, en el marco de un corredor marítimo anunciado por la Unión Europea.

El navío espera la autorización de las autoridades chipriotas para zarpar del puerto mediterráneo de Larnaca, a 370 kilómetros de Gaza.

Algunos habitantes acudieron el domingo a una playa al sur de Ciudad de Gaza con la esperanza de ver llegar al barco. "Dijeron que llegaría un barco cargado con ayuda y que la gente podría comer", dijo uno de ellos, Mohamed Abu Baid. "Sólo Dios lo sabe. No lo creeremos hasta que lo veamos", añadió.

Paralelamente, un barco militar norteamericano salió de Estados Unidos con el equipamiento necesario para construir un embarcadero para descargar la ayuda, lo que podría tardar hasta 60 días.

Pero la ONU, que teme una hambruna generalizada en el territorio palestino, sometido por Israel a un asedio total desde el 9 de octubre, afirma que el envío de ayuda por mar y aire no pueden sustituir a la ayuda por vía terrestre.

La ayuda internacional, controlada por Israel, sólo llega a cuentagotas a Gaza mientras las necesidades son inmensas, sobre todo en el norte del territorio, de muy difícil acceso.

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