Amber Alayyan, coordinadora de MSF para Oriente Próximo, explicó que casi todos los hospitales de Gaza ya no cuentan con las condiciones para atender pacientes y que se tiene que elegir entre atender a los heridos por la guerra, a las personas que están desnutridas o los enfermos crónicos.
“Ningún sistema sanitario en el mundo podría atender la cantidad de heridos que hay en Gaza”, aseguró durante la conferencia de prensa.
Marie-Aure Perrault, jefa de MSF para emergencia en Gaza, reconoce que en las circunstancias actuales “no podemos, no somos capaces, no nos permiten llevar ninguna ayuda humanitaria significativa”.
Alayyan también recordó que a lo largo de los seis meses de bombardeos israelíes, la desnutrición se ha disparado en la Franja de Gaza. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) casi la totalidad de la población de este enclave palestino está en riesgo de hambruna.
"La desnutrición no existía en Gaza antes de la guerra. Nuestros colegas tienen que formarse bien en una disciplina totalmente nueva, temiendo por sus propias vidas y encontrando la manera de alimentar a sus propios hijos”, dijo Alayyan, quien señaló que los trabajadores de MSF en este territorio no se consideran a sí mismos héroes, sino víctimas del conflicto.
"Hemos visto a mujeres que se ven obligadas a alimentar a sus hijos, exprimiendo dátiles en un pañuelo para poder introducirles algún tipo de sustancia azucarada en el cuerpo”, añadió.
Alayyan señaló que los grupos más vulnerables a la desnutrición en Gaza son las mujeres embarazadas y en lactancia, así como a los niños menores de dos años.