La comunidad internacional teme una operación militar en Rafah, donde se hacinan 1,5 millones de personas, en su gran mayoría desplazadas por la guerra desde otras zonas de Gaza.
"Tenemos miedo de lo que pueda ocurrir en Ráfah. El nivel de alerta es muy alto", dijo a Reuters Ibrahim Khraishi, embajador palestino ante Naciones Unidas. "Algunos se están marchando, temen por sus familias, pero ¿adónde pueden ir? No se les permite ir al norte, por lo que están confinados en una zona muy pequeña".
En el séptimo mes de una devastadora guerra aérea y terrestre contra el grupo islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes también reanudaron los bombardeos sobre las zonas norte y central del enclave, así como sobre el este de Jan Yunis, en el sur.
El gabinete de guerra del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaba celebrando reuniones "para discutir cómo destruir los últimos vestigios, el último refugio de los batallones de Hamás, en Ráfah y en otros lugares", dijo el portavoz del gobierno, David Mencer.
El vocero aseguró que "dos brigadas de reservistas fueron movilizadas para operaciones" en Gaza.
La escalada de las advertencias israelíes sobre la invasión de Ráfah, último refugio de cerca de un millón de civiles que huyeron de las fuerzas israelíes más al norte a principios de la guerra, ha empujado a algunas familias a marcharse a la cercana zona costera de al-Mawasi o a intentar llegar a puntos más al norte, según declararon residentes y testigos.
No hay un lugar seguro en Gaza
De acuerdo con funcionarios egipcios, citados por el Wall Street Journal, Israel se prepara para desplazar a los civiles de Rafah hacia la ciudad cercana de Jan Yunis, donde tiene previsto instalar carpas y centros de suministro de comida.
Esta operación de evacuación duraría dos o tres semanas y se llevaría a cabo en coordinación con Estados Unidos, Egipto y otros países árabes, según la misma fuente.
No obstante, muchos estaban confusos sobre adónde debían ir, diciendo que su experiencia en los últimos 200 días de guerra les había enseñado que ningún lugar es realmente seguro.