De acuerdo con un reporte de la organización Amnistía Internacional publicada en 2017, dos terceras partes de las personas LGBT refugiadas provenientes de Centroamérica con quienes habló entre ese año y el anterior reportaron haber sufrido violencia sexual y basada en género en México.
“Hay una sociedad en México que tiende a rechazar lo otro, a la otredad, en este caso al extranjero migrante, pero no a cualquier migrante, sino al migrante que tiene que huir de sus países de origen por la violencia o por situaciones precarias”, señala López Tec.
Esto también hace que los ciudadanos LGBT vivan una doble vulnerabilidad: la que viven las personas migrantes, al carecer de redes de apoyo y tener problemas de adaptación cultural, y las propias de la población LBGT, quienes llegan a ser víctimas de varios tipos de violencia solo por su orientación sexual y su identidad.
En los últimos años han crecido los casos de crímenes de odio, sin importar el nivel de reconocimiento de las personas. Enrique Torre, activistas a favor de los derechos de las personas LGBT y promotor de una campaña de recaudación para ORAM, recuerda el caso de le magistrade Ociel Baena, quien fue asesinado el año pasado.
“Creo que eso va a ser tarea del siguiente sexenio y es tarea también de los gobiernos locales.
Porque así como vamos avanzando en un buen camino en términos de protección legal y de nuevo lo que está en papel y de crear ciertas instituciones y demás, por otro lado algo está fallando de una forma muy evidente si la violencia está aumentando en general, pero también la violencia homofóbica, transfóbica, etcétera”, dice Torre.
El activista con 16 años de experiencia señala que los espacios para atender a la población LGBT y migrante con insuficientes, por lo que en conjunto con ORAM México lanzó una campaña a través de Go Fund Me —una plataforma de crowfunding recién llegada a México— con la que buscan dar refugio seguro, alimento y transporte durante un mes a 100 personas refugiadas o solicitantes de asilo en Ciudad de México.
“No solo es simplemente brindarles el refugio, la alimentación y el transporte, sino también durante ese mes que ellos, ellas y ellas puedan tener, puedan no preocuparse de estos elementos básicos para poder atender sus otras preocupaciones, como los trámites de la solicitud de refugio o poder buscar un trabajo digno”, dice Tec-López.