Tanto los analistas como los sondeos a boca de urna presagiaban una victoria holgada de Modi y su partido, pero todo apunta a que el partido del dirigente, el Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio), y sus aliados no lograrán ese resultado aplastante y tendrán que apoyarse en sus socios de alianza, según cifras de la comisión electoral.
Con cerca del 99% de los votos escrutados, el BJP obtiene 36.7% de los sufragios, algo por debajo de las últimas elecciones en 2019.
Modi fue reelecto en su circunscripción, la ciudad sagrada del hinduismo Varanasi, también conocida como Benarés. Es la tercera vez que gana y esta vez obtuvo 152,000 votos más que el segundo candidato.
En total, el BJP logra 239 escaños y sus aliados otros 52, lo que lo ubica con 291, por arriba de la mayoría absoluta de 272 diputados en la cámara de 543 curules.
El principal partido opositor, el Congreso Nacional Indio, (que ungió a Nehru, el primer ministro después de la independencia y a Indira Gandhi), parece encaminado a casi duplicar su número de escaños con 99 legisladores, frente a los 52 en el Parlamento saliente.
El resultado inquietó a los inversores y las acciones cayeron con fuerza a medida que las cifras mostraban que Modi, por primera vez desde que llegó al poder en 2014, dependería de al menos tres partidos regionales dispares cuyas lealtades políticas han oscilado a lo largo de los años.
Los analistas indicaron que esto podría introducir cierta incertidumbre en la formulación de políticas en la democracia más poblada del mundo tras una década en la que Modi ha gobernado con mano de hierro.
"Castigado"
"El país le dijo a Narendra Modi: 'No le queremos'", dijo el líder del Congreso Nacional Indio, Rahul Gandhi, quien fue reelecto en su circunscripción de Wayanad, en el sur. "Estaba seguro que la gente de este país iba a dar la respuesta correcta".