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México necesita dar más recursos para atender a niños y adolescentes refugiados

Más de 32,000 niños, niñas y adolescentes solicitaron asilo en México en 2023, pero los menores de edad migrantes que pueden beneficiarse de esta figura puede ser mucho mayor, señala la ACNUR.
jue 20 junio 2024 07:55 AM
Un niño migrante juega en un campamento cerca de las orillas del río Suchiate, mientras se prepara para viajar a la frontera norte para llegar a EE. UU., en Ciudad Hidalgo, México, el 5 de junio de 2024.
La gran mayoría de los niños que solicitan asilo en México suelen venir en grupos familiares, indica la ACNUR.

México es un país de flujos migratorios mixtos. Miles de personas salen del país cada año en busca de mejores oportunidades, mientras que otras tantas circulan por el territorio en su camino a la frontera de Estados Unidos. Pero con cada vez más frecuencia, México se convierte en un país de destino para miles de personas, algunas solicitantes de refugio, que ven una alternativa para reiniciar su vida. En muchos casos, lo hacen en familia, con niños incluidos.

A finales de 2023, en el mundo había 117.3 millones de personas desplazadas a la fuerza, debido a persecuciones, conflictos, violencia, violaciones a los derechos humanos o acontecimientos que han alterado gravemente el orden público, indica el más reciente informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sobre la situación de los refugiados del mundo, lanzado por la conmemoración del Día Mundial del Refugiado, que se celebra este 20 de junio.

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De todos los desplazados del mundo, 40% son niños, niñas y adolescentes, indica el informe.

En México, de acuerdo con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) recogidas en el reporte “México: la esperanza de un nuevo hogar” de la ACNUR, más de 140,000 personas solicitaron asilo en el país durante 2023, una cifra que rompe el récord alcanzado en 2022.

De estas personas, 32,000 son niños, niñas o adolescentes. La mayoría de ellos viaja en el país con su familia, señala Maribel Remolina, encargada de protección a la niñez de ACNUR México.

En entrevista con Expansión, Remolina nos cuenta cuáles son las razones por las que menores de edad provenientes principalmente del Triángulo Norte de Centroamérica —Guatemala, Honduras y El Salvador— solicitan asilo en México, así como las necesidades que enfrenta esta población a su llegada al país.

Expansión (E): ¿Cómo está el refugio actualmente en el mundo y en México, especialmente el refugio de niños, ahora que la cifra de desplazados ha tocado un récord?

Maribel Remolina (MR): Si comparamos a las cifras que había a nivel global hace 10 años, de 59 millones de personas, este año, a las cifras que tenemos disponibles hasta el año pasado, son más de 120 millones de personas. E igual que el año pasado, se calcula que alrededor de 40% son niñas, niños y adolescentes.

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Por sus mismas características de dependencia de las personas adultas para acceder a derechos, para estar bien, para desarrollarse, las dinámicas de desplazamiento forzado sí que los exponen, pues rompen al final con todas sus redes de apoyo, muchas veces hay separación familiar y se exponen más que las personas adultas a los riesgos que conlleva la movilidad de manera irregular, como violaciones graves a derechos humanos, reclutamiento, trata, tráfico, detención, incluso violencia. Pues muchos de ellos llegan a otros países en búsqueda de protección y no deberían de ser devueltos.

En el caso de México, llegan cifras bastante altas en los últimos años de la Comar. Lleva dos años rompiendo récord en el número de personas que solicitan asilo en el país. El año pasado superaron las 141,000 personas. Un poquito más de 32,000 fueron niñas, niños y adolescentes.

Me gustaría precisar que la gran mayoría de los niños que solicitan asilo en México suelen venir en grupos familiares, si bien hace algunos años, digamos que la mayoría de las personas, no solamente que solicitaban asilo, sino también las migrantes, ¿no?

Si hacemos un comparativo de las cifras que hay en México de la Unidad de Política Migratoria, de las personas que entran en contacto con migración, en particular niñas, niños y adolescentes, sí hay una diferencia muy grande de los que son detectados por las autoridades migratorias mexicanas si las comparamos con los que acceden al procedimiento (de solicitud de asilo).

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Esa es una de las principales áreas de oportunidad en México para garantizar el acceso de niñas, niñas y adolescentes a asilo. Doy un ejemplo, las cifras del año pasado de niños que entraron en contacto con migración fueron de más de 113,000 y solamente 32,000 tuvieron acceso al procedimiento de la COMAR.

Tomando en cuenta que la mayoría vienen del norte de Centroamérica, ¿no? De esta región conformada por Honduras, Salvador, Guatemala, la mayoría salen huyendo de situaciones de violencia y en teoría deberían ser identificados y tener acceso al sistema de asilo.

Y todavía vemos ahí una obra importante cuando se trata de niñez no acompañada, ¿no? En el mismo, 2023 se registra 6,700 niños no acompañados y la COMAR solamente registró, si no mal recuerdo, un poquito más de 1,000. La mayoría siguen siendo retornados a sus países de origen.

E: ¿Podríamos profundizar en quiénes son estos niños que vienen con sus familias? ¿De qué lugares vienen? Decíamos que del Triángulo Norte, donde sufren violencias, ¿pero qué tipo de violencias?

MR: Además del norte de Centroamérica, también vienen familias, muchas familias de Haití, de Nicaragua, Cuba, Venezuela, e incluso otros países extracontinentales, de otros países fuera de la región en menor medida.

En el norte de Centroamérica sigue siendo frecuente que huyan del reclumtamiento forzado por parte de las pandillas. En el caso de las mujeres adolescentes, el reclutamiento está muchas veces vinculado a temas de explotación sexual, pues les obligan ser, entre comillas, novias o parejas de los pandilleros, algo que claramente no es consensual.

El reclutamiento de pandillas también se ha cambiado o se ha expandido porque antes veíamos que eran adolescentes ya más grandes, hombre jóvenes. Ahora también hay adolescentes mujeres, niñas y niños.

Incluso muchas veces el reclutamiento se puede dar en sus escuelas para que hagan diversas actividades, desde dar aviso de quién pasa, que los llaman banderas.

Eso sigue de los principales riesgos en esa región, pero también hay violencia familiar, sigue siendo una constante. También pueden enfrentarse a violencia de género, por parte del crimen organizado, pero principalmente suele ser la familia.

También está la niñez y la adolescencia LGBTIQ+, por solo existir, por solo ser como son, suelen ser personas que se encuentran en riesgo, en esa región, de sufrir daños incluso dentro de su propia familia, pues pueden ser expulsados o perseguidos.

Y en el caso de Venezuela, Nicaragua, Haití, incluso Cuba, pueden ser más temas relacionados con el propio contexto social, económico y político tan complejo que se vive en estos países. En algunos casos hay persecución, pero se suele dar más a sus padres, madres o familiares adultos a cargo. De manera indirecta, niñas, niños y adolescentes se ven en peligro.

La niñez que llega no acompañada llega prácticamente toda del norte de Centroamérica.

E: En México, la población migrantes tiene una gran vulnerabilidad en general, pero los niños y adolescentes tienen una capa extra de vulnerabilidad, ¿a qué riesgos se enfrentan cuando llegan a México?

MR: No es exclusivo, muchas personas adultas también lo sufren, pero hay un alto riesgo de tráfico con fines de explotación sexual y laboral, por el hecho de moverse en México de manera irregular.

También suelen enfrentar la separación familiar en el camino. Aunque está prohibido por la ley la detención por motivos de migración de niños, niñas y adolescentes, de repente seguimos identificando algunos casos que fueron detenido y después los refieren a espacios del DIF u organizaciones de la sociedad civil.

También se enfrentan, por falta de una respuesta inmediata u oportuna de las autoridades de protección a la niñez, a vivir en situación de calle, sometidos a trabajo infantil.

Otra capa, en el caso de los que vienen no acompañados, pues el hecho de no venir con un familiar que les proteja, los pone en mucho más peligro.

Y, por supuesto, también cuando ya entran en contracto con alguna autoridad, el riesgo es ser devuelto a su país, aunque hay un peligro allá y requieran asilo en México. La realidad es que todavía la mayor respuesta que se da en estos casos es el retorno a su país de origen. Incluso en algunos casos que se ha detectado que hay indicios de que necesitarían protección como refugiado, se llegan a retornar a sus países.

E: ¿Qué políticas públicas necesita implementar México para dar atención a esta población específica, tomando en cuenta que iniciará un nuevo gobierno en unos meses?

MR: La idea es que el sistema de protección a la niñez que ya existe en México, que tiene un actor clave, que son las procuradurías de protección de niñas, niños y adolescentes, pues tienen que seguir siendo fortalecidas, no solamente en términos técnicos, que es mucho lo que trabajamos desde la ACNUR para asesorarles, para darles herramientas, para que desde sus atribuciones sepan cómo responder o como atender a necesidades específicas de la niñez refugiada, sino también que les asignes más recursos.

Las procuradurías de protección tienen una labor súper ambiciosa, súper amplia, pero siguen con recursos limitados. El último conteo que hizo UNICEF de hace ya algunos años, me parece que lo están actualizando, arrojó que las procuradurías tienen menos del 25% del presupuesto que requerirían para responder a todos los niños en situación de riesgo.

Esto para reiterar que al final no se necesitaría hacer un sistema específico para niñez en movilidad o para niñez refugiada, sino que el mismo sistema debería tener la capacidad de adecuarse y adaptarse a las distintas necesidades secundarias de esta población.

Más que una política púbica se necesita más asignación de recursos. Esto es urgente ya desde hace varios años porque al final todos los niños en movilidad que entran tienen que pasar por procuraduría y ella tomar la decisión de si retornan, de si solicitan asilo en México, de que si se quedan bajo alguna y otra figura migratoria, y pues no tienen personal suficiente para atenderlos, pues al final cada niño tiene necesidades, tiene riesgos, factores de protección distintos, y las decisiones se tendrían que tomar de manera individualizada.

Y el hecho de que no tengan recursos suficientes, pues sí hace que ese análisis o esa respuesta muchas veces no se identifiquen, por ejemplo, si hay necesidades de protección internacional, necesidades como refugiados. Esto me parecería algo prioritario para la próxima administración.

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