En este principado, el monarca también puede elegir o despedir a cualquier parlamentario electo o funcionario público. Sin embargo, no es considerado un sistema absolutista porque la población puede convocar un plebiscito para extinguir la monarquía.
En Mónaco, el príncipe tiene menos poderes, por ejemplo, no puede despedir a ningún parlamentario electo o funcionario público, pero puede hacer nombramientos como el del ministro de Estado, el consejo del gobierno y los jueces.
Jordania, Marruecos y Malasia son otros ejemplos de monarquías constitucionales, pero donde los monarcas ejercen mucho más poder que sus pares en Europa.
¿Monarcas por elección?
En la mayoría de los casos, los monarcas llegan al poder por herencia. Así es en el caso de la mayoría de las monarquías en Europa.
Sin embargo, existen casos donde el monarca es elegido. Un ejemplo de este es el de Malasia, donde un consejo de sultanes elige cada cinco años al gobernante. La última elección se celebró en octubre de 2023. Ibrahim Ismail asumió el poder en enero de este año.
Nueve de los trece estados que conforman Malasia son, a su vez, sultanatos hereditarios, todo varones y musulmanes. Los otros cuatro estados tienen al frente a gobernadores, que no tienen ni voz ni voto en cuestiones dinásticas.
Otro caso de monarquía electiva muy famoso es el del Vaticano. El papa, además del líder de la Iglesia católica, es el soberano de este pequeño Estado. El sumo pontífice es un monarca absoluto, pero el elegido por un conclave de cardenales.
El puesto es vitalicio, pero el papa tiene derecho a renunciar al cargo, como ocurrió en 2013 con el papa Benedicto XVI. Su sucesor, el papa Francisco, fue elegido pocas semanas después. Los papas no necesitan ser ciudadanos del Estado Vaticano.
Con información de AFP