"No puede gobernar"
Porras emprendió la cruzada contra Arévalo luego de que éste diera una sorpresa en la primera vuelta de los comicios en junio de 2023 y se perfilara como sucesor de Giammattei.
Ya como presidente electo, Arévalo denunció un plan de "golpe de Estado" de la fiscal para evitar que asumiera el poder.
Porras no logró impedir que Arévalo asumiera la presidencia en enero, pero consiguió que la justicia inhabilitara su partido Semilla, lo que restringe la acción de su minoritaria bancada en el parlamento.
Arévalo propuso en mayo al Congreso, dominado por la oposición, una reforma para obtener la facultad de remover a Porras, pero la iniciativa no ha avanzado.
"El asunto es que tenemos a una fiscal totalmente empoderada y a un sistema de justicia que le da la razón a ella y no al presidente", se queja la directora de la ONG Projusticia, Carmen Ibarra.
Arévalo "no puede gobernar, está verdaderamente maniatado porque no tiene ninguna fuerza parlamentaria, una fuerza real en las cuotas de poder en el país", dice la abogada a la AFP.
Manfredo Marroquín, de la filial local de la ONG Transparencia Internacional, asegura que "el pacto de corruptos dominaba todo el Estado de Guatemala y es evidente que [todavía] su poder es muy grande".
Este grupo "no ha sido debilitado para nada, ellos están a la expectativa, al acecho, con planes A, B, C y D a diferencia del gobierno que está desorganizado, sin claridad de agenda y ni siquiera con un plan A", añade Marroquín.